La personalidad de una precursora de la paleontología que se desarrolló al margen de la preponderante presencia masculina en la ciencia, es redescubierta en una cinta que se estrena este viernes al mediodía en el Festival Internacional de Cine de Morelia, con dos proyecciones más en el transcurso del evento.

 

Ana Claudia Nepote

Esta semana inicia la XVIII edición del Festival Internacional de Cine de Morelia y su programación incluye el estreno de la película “Ammonite” en la que Kate Winslet interpreta a la birtánica Mary Anning, pionera de la paleontología que contribuyó a sentar las bases de esta disciplina. Sin embargo permaneció excluida de las comunidades científicas predominantemente masculinas de la época.

Mary Anning nació en 1799 en Lyme Regis, una zona rica en fósiles especialmente de amonitas que enriquecieron los gabinetes de curiosidades del siglo XIX. Nació en una familia muy pobre en la que existieron hasta 10 hijos pero únicamente sobrevivieron ella y su hermano. De niña gustaba acompañar a su papá a colectar fósiles en los acantilados costeros de su pueblo que posteriormente vendían a los turistas para ganar dinero.

Su padre, Richard Anning, murió cuando ella tenía 11 años, y Mary y su hermano continuaron buscando fósiles pues era la única forma que conocían de sobrevivir y pagar las deudas de la familia. Un día, su hermano encontró lo que parecía ser un cráneo de cocodrilo. Mary continúo excavando hasta que logró armar una especie de rompecabezas de un animal marino que vivió entre 201 y 194 millones de años atrás. Se trataba de el primer fósil de un Icthyosaurus communist, un reptil marino abundante en el periodo Jurásico. Así, a los 12 años de edad, Mary reconstruyó y vendió un fósil de casi cinco metros de largo de un animal muy extraño nunca antes visto. William Bullock compró el fósil y lo expuso en su mansión de Londres, de esta manera Anning se dió a conocer y diversos socios de la comunidad científica comenzaron encargarle más hallazgos.

Mary no recibió educación formal. Pero gracias a su interés y dedicación por la ciencia, invertía horas de lectura, transcribía artículos y dibujaba los fósiles que encontraba.

En aquella época, Georges Cuvier, considerado como el padre de la paleontología, apenas había introducido la teoría de la extinción de especies y la obra de Charles Darwin sobre el origen de las especies tardaría unos 48 años más en ser publicada, por lo que era difícil considerar que había especies de animales o plantas que simplemente habían dejado de existir a pesar de la creación perfecta de dios, que era la idea predominante de la época.

Gracias a las enseñanzas de su papá y a la práctica diaria, Mary Anning se convirtió en una experta en la colecta y limpieza de los más finos fósiles y conchas de la zona de Dorset. A los 22 años de edad develó el primer registro fósil de un plesiosaurio de cinco metros y en 1823 un pterosaurio – del griego lagarto alado -. También fue pionera en el estudio de los coprolitos (heces fósiles). Sus hallazgos fueron algunos de los más importantes de todos los tiempos en la paleontología. Proporcionaron evidencia fundamental para el desarrollo de nuevas ideas sobre la historia de la Tierra. Se solicitaron sus opiniones y se la reconoció como experta en muchas áreas. Desempeñó un papel clave en informar el trabajo de sus eruditos contemporáneos masculinos, en particular William Buckland, Henry de la Beche y William Conybeare. Aunque se ganó el respeto de geólogos y cazadores de fósiles no fue admitida a la Sociedad Geológica de Londres, en esa época las mujeres en Gran Bretaña no se les permitía votar, ocupar cargos públicos o asistir a la universidad. Fue hasta 1904, 57 años después de la muerte de Anning, que la Sociedad permitió el ingreso de mujeres.

Mary murió de cáncer de mama a los 47 años. Su muerte en 1847 fue registrada por la Sociedad Geológica y su vida conmemorada por un vitral en la iglesia parroquial de San Miguel en Lyme. Se ganó el respeto y la imaginación del público científico y laico. Nueve años antes de su muerte recibió un pago anual recaudado por algunos de sus amigos miembros de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia y la Sociedad Geológica de Londres. Cuando Mary murió, la geología se había establecido ya como una disciplina científica propia.

El Museo de Historia Natural de Londres alberga muchos de los especímenes que encontró Mary Anning, entre ellos el ictiosaurio, el plesiosaurio y el pterosaurio. El Museo de Lyme Regis se ubica en la misma casa en donde vivió Mary y que utilizó como su tienda de fósiles hasta 1826.

La historia de Mary Anning ha formado parte de diversos libros escritos por mujeres, artistas y divulgadoras científicas. Se incluye en el libro Mujeres en Ciencia de Rachel Ignotofsky, en Científicas de la divulgadora argentina Valeria Eldesztein, y varias entradas en el blog de divulgación Mujeres con Ciencia. Por su parte, la productora Sharon Sheehan filmó un documental biográfico titulado “Mary Anning y los cazadores de dinosaurios”

La película “Ammonite” del director Francis Lee, aborda la vida de Mary Anning y de su amiga geóloga Charlotte Murchison. De acuerdo con la periodista española Uxue Razkin, el filme descubre la relación amorosa que presumiblemente mantuvieron las dos mujeres a partir de un encuentro que ocurrió en Lyme Regis.

La historia presentada en la película ha generado polémica pues las descendientes de Anning no están de acuerdo con esta interpretación de la historia, ya que no existen evidencias de ninguna relación entre las dos mujeres ni tampoco sobre la orientación sexual de Mary Anning. Aún así, “Ammonite” es un buen ejemplo que nos permite recordar y honrar la vida de extraordinarias exploradoras, naturalistas y científicas que pasaron desapercibidas en la historia de la ciencia por la perspectiva hegemónica dominada por los hombres de ciencia de la época. Como estas historias, existen otras de mujeres que realizaron aportes relevantes para el avance del conocimiento y sin embargo, su historia permanece casi oculta y marginalizada de la historia.

En 2001 gran parte de la costa sur de Inglaterra en donde se localiza Lyme Regis, se incorporó a la lista de sitios de la UNESCO como el patrimonio mundial de la Costa Jurásica por su incomparable valor en rocas, fósiles y acantilados. Más de 170 años después de la muerte de Mary Anning se realiza una campaña lidereada por Alice Roberts y David Attenborough, para colocar una estatua en honor de esta extraordinaria pionera de la paleontología y cazadora de fósiles.


Imagen: Fotograma de «Ammonite», tomada de Internet.


Bióloga tapatía, comunicadora de ciencia e integrante de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia A.C. Ciclista, caminante y exploradora de paisajes bioculturales. Docente de tiempo completo en la ENES, UNAM en Morelia y Doctorante en Ciencias de la Sostenibilidad.