Comunicadores enfrentan condiciones difíciles para el desempeño de su labor en estos tiempos de pandemia que reclaman precisión informativa sobre la covid-19. Ante coberturas de riesgo consideradas innecesarias, la falta de capacitación y de apoyos parecen ser la constante de las empresas mediáticas.
Raúl López Téllez
Entre la precariedad laboral y escasos apoyos de los dueños o directivos de los medios, reporteros de esta capital realizan su labor bajo un escenario de exposición a los contagios por covid-19 que se agrava con la carencia de servicio médico como una prestación laboral.
Pocos, son los que escapan de no tener que financiar con su salario la compra de insumos de prevención ante el apoyo nulo de parte de las empresas, no obstante estar expuestos en coberturas presenciales sin protocolos de prevención o sana distancia. En promedio, hay ocho casos de comunicadores contagiados por el virus SARS-CoV-2, aunque otros advierten “más de diez”.
Entrevistados por Cienciario sobre la cobertura periodística y la contingencia por el coronavirus, los periodistas accedieron a responder, en su mayoría bajo el anonimato. Los comunicadores consultados cubren actividades diarias en diversas fuentes y laboran para medios electrónicos, medios impresos y estaciones de radio y TV.
En la mayoría de las opiniones, resalta que las empresas que los contratan no han implementado un apoyo complementario para insumos sanitarios como cubreboca, gel antibacterial, mascarillas o equipo complementario para evitar contagios. Son varias las voces que señalan la poca solidaridad y respuesta de los empleadores para quienes se han contagiado, sin aportar en la cobertura de gastos.
Más allá de algunas excepciones que señalan que los espacios físicos como redacciones o áreas de trabajo operan bajo un protocolo especial de higiene, hay otras opiniones sobre condiciones inadecuadas para laborar, al igual que se observa que los fotoperiodistas y camarógrafos son quienes más se exponen por la naturaleza de su trabajo.
La pandemia que iniciara en el estado en el mes de marzo, a juicio de los comunicadores, ha tenido una cobertura que le queda a deber a sus audiencias, en cuanto a ofrecer otros ángulos de atención, más allá de las cifras y declaraciones oficiales e incluso de las políticas al encontrarse el estado en medio de un proceso electoral.
Riesgos innecesarios
De los reporteros cuestionados, varios cubren actividades para dos o tres medios, por lo que su exposición a contagios es mayor al intervenir en actos presenciales como ruedas de prensa o manifestaciones.
Coinciden en que hay un riesgo innecesario en la cobertura de algunos eventos, sobre todo oficiales, cuando podrían ser virtuales. “Algunos eventos si se nos está obligando a ir, e incluso nos han solicitado que grabemos video, eso nos orilla a estar presentes, tener al menos insumos nos ayuda a disminuir riesgos”, comenta una compañera.
Sayra Casillas, reportera de las fuentes política, legislativa y de órganos electorales en MiMorelia.com y Publimetro, señala que “pese a que incrementó el número de contagios en Morelia, los eventos presenciales se están retomando, por temas que, desde mi punto de vista, podrían resolverse con videoconferencias”.
El escenario de riesgo de contagios, apunta otra comunicadora, es “muchas veces provocado por las mismas autoridades; el gobierno estatal por ejemplo ha convocado al menos a más de tres eventos masivos, donde va mucha gente y aunque ponen algunas medidas sanitarias, pudieron evitarlo”.
Para Luis Reynoso, de la agencia Quadratin, existen “dos factores de mayor riesgo actualmente: uno es una evidente relajación de las medidas sanitarias, pese a que la contingencia no disminuye; el otro es el clima electoral que se vive cada vez con más fuerza, y que ocasiona la búsqueda de reflectores por parte de posibles candidatos, quienes quieren figurar mediáticamente y parecen no tener ningún problema en convocar”.
Sin médico como prestación laboral
La mayoría de los consultados no cuentan con servicio médico otorgado como prestación laboral, situación que coincide con la falta de apoyos extras por la pandemia. Entre éstos, se ubican reporteros que han tenido afectaciones a su salud y han necesitado de acudir a consulta; de parte de sus directivos, sólo han recibido la “concesión” de no laborar hasta por cinco días en previsión de una posible sintomatología relacionada con la covid-19, para reincorporarse posteriormente a sus labores; en una de las empresas, se contó con la vacunación al personal contra la influenza.
“No tengo ningún servicio (médico), y sí he tenido síntomas” señala una reportera, quien afirma que ha acudido por su cuenta con un médico, aunque “la verdad ni para hacerme el análisis he tenido oportunidad”.
Otra reportera refiere que “no cuento con servicio médico. He tenido algunos síntomas en dos ocasiones, en mi trabajo se me dijo que esperara a ver si evolucionaban mis síntomas permaneciendo en casa cinco días. Las dos ocasiones que tuve síntomas parecidos al covid-19, al no tener mayor complicación de salud volví a salir a trabajar, supongo no se trató aún del virus”.
Sin apoyos extras
“No recibo ningún apoyo extra por mi trabajo y el riesgo se vive cada día ya sea cubriendo manifestaciones o ruedas de prensa. Considero que deberían aportarnos un apoyo sin necesidad de que nosotros lo solicitemos, y no pedirnos que usemos nuestro salario para comprar la protección necesaria (cubrebocas, gel, guantes, toallas y spray desinfectante para el equipo), con la promesa de que nos ´regresarán´ la inversión presentando un ticket para justificar los gastos, pero si el salario es poco y no se deposita en tiempo, invertir la quincena en comprar de una sola vez todas las protecciones necesarias para el mes afecta nuestra economía, además no sabemos si nos regresarán la inversión de manera inmediata. En mi caso voy comprando lo que necesito en su momento; generalmente uso un cubrebocas de algodón para coberturas que no me ocupan mucho tiempo ni interacción con demás personas, en caso de acudir a una manifestación uso el cubrebocas KN95, que tiene un costo de 70 pesos y en algunas farmacias baja a 45 pesos un día de la semana”.
En versión de otro comunicador, además de no contar con apoyos para comprar insumos, la empresa donde labora no ha cubierto los gastos de dos compañeros afectados por coronavirus. En el caso de los editores de información, plantean que no es necesaria su presencia en una redacción, la cual se constituye en un foco de riesgo ya que son espacios estrechos y bajo condiciones inadecuadas de ventilación.
Contrastan estas situaciones con escasas excepciones, donde a los trabajadores se les dotó de una despensa básica durante el confinamiento, contar con servicio médico como prestación laboral y los insumos sanitarios sin tener que pagarlos e su sueldo y que ahora, como refiere Celic Mendoza, reportera de Monitor Expresso, “son parte de las herramientas de trabajo”.
¿Cuáles protocolos?
A esta situación hay que sumar que, como lo reconocen los entrevistados, por parte del mismo gremio no se siguen protocolos o cuidados en las coberturas presenciales. “Esto me parece arriesgado, porque a la hora de las coberturas directas se nos olvidan las medidas de prevención, nos quitamos el cubrebocas para el café o el desayuno; nos abalanzamos sobre el entrevistado; no nos gusta preguntar con el cubrebocas puesto; y, apapachamos al compañero que teníamos tiempo sin ver, etcétera”, señala Sayra Casillas.
“No se ha generado ningún protocolo entre la comunidad de prensa en Morelia, por los grupos de WhatsApp a veces circulan consejos o infografías, también información errónea, por lo que cada uno considera cual es la mejor forma de cuidarse”, advierte otra reportera.
Luis Reynoso, a cargo de la fuente de Cultura, señala que “es muy común que al entrevistar a algún funcionario o personaje, los compañeros, aunque usen cubrebocas, no guarden una distancia adecuada. También se han organizado ruedas de prensa (cada vez es más frecuente) donde el espacio es muy reducido”.
“Creo que lejos de generar protocolos entre trabajadores de los medios han surgido los mismos egoísmos de siempre y los que acuden a cubrir de manera presencial piden a los encargados de comunicación que no transmitan en vivo o no compartan los audios a sabiendas de que hay compañeros que no salen de su casa porque son población vulnerable o que tienen hijos tomando clases a distancia. Incluso se han dado pleitos por casos en que algunos reporteros recuperan audios”, opina una comunicadora.
Quedar a deber…
Y a casi un año de reportear bajo el acecho de la pandemia, los medios han quedado a deber a sus audiencias en la cobertura sobre el tema, coinciden los entrevistados.
“Creo que se habla de los números, cifras, pero poco de los efectos, y sus daños a otros grupos sociales más vulnerables, se habla desde la posición de privilegio, invisibilizando lo que ocurre con quienes no pueden tener la posibilidad de quedarse en casa, incluidos nosotros”, señala una reportera sobre el carácter de la información que ha prevalecido en torno a la pandemia.
“La mayoría de los medios han quedado a deber, solo se quedan con la información que brindan las instituciones sobre la pandemia o toman las notas sin fundamentos médicos y científicos, es decir, sin especificar el origen de sus fuentes, extendiendo rumores o una mala interpretación de los datos, que deja un hueco informativo o mal informado sobre aspectos del virus que generan desconcierto y dudas entre la población”, considera otra comunicadora.
Sayra Casillas considera que “en general no estábamos preparados para cubrir una pandemia, por lo que probablemente sí hemos quedado a deber. Nos tocó aprender sobre la marcha y en eso estamos todavía. Además, nos tocó una época donde la información por medios digitales, pero también las fake news, fluyen velozmente, y hay que ir adaptando estrategias para que nuestros contenidos sean de interés y vistos por los distintos auditorios”.
Otra reportera apunta que “sí hemos quedado a deber; la cobertura de infinidad de temas deja de lado la especialidad, mucho más cuando la capacitación es nula en todo sentido”.
De acuerdo a las respuestas, no existió una capacitación por parte de los medios para las coberturas, factor que obviamente impacta en la información. Las respuestas sobre este tema van desde “lo que sé (del coronavirus) es por mis medios o he leído”, hasta quienes recibieron nada más el exhorto de “ten cuidado en la cobertura”, con poca evidencia en la mayoría de los entrevistados de una capacitación sobre el virus y sus implicaciones como material informativo.
“Sí se debió capacitar mejor a los reporteros porque en una emergencia de salud como la que estamos viviendo la desinformación puede cobrar vidas”, señala una reportera. “De parte de los medios además se debió buscar despolitizar el tema y no convertirlo en un asunto de declaraciones y de pleitos entre políticos. La cobertura sin duda ha sido muy útil en medios internacionales pero en México pareciera una lluvia de informaciones confusas y contradictorias y el enfoque tampoco ha sido el más útil para la gente”, agrega.
“Si, debió haber una capacitación en torno a este tema a los reporteros, la deuda con las audiencias es que ha faltado creatividad sobre cómo se aborda un tema que parece ya desgastado”, aporta otro comunicador.
Nuevas dinámicas laborales
En cuanto a las formas de trabajo, la covid-19 impuso dinámicas prácticamente desde la virtualidad, como ha sido en las redacciones de medios electrónicos y algunos impresos.
“Sí se implementaron protocolos para el cuidado de los trabajadores de la agencia. Cambiaron las formas de trabajar para protegernos de posibles contagios; se modificaron horarios y guardias en las áreas de redacción y producción, y los reporteros, fotógrafos y camarógrafos evitamos al máximo estar en eventos presenciales, y mucha información se obtuvo investigando a través de internet, por cobertura telefónica o a través de plataformas como Zoom”, señala en su caso Luis Reynoso.
Sayra Casillas considera “capacitación como tal no hubo, pues al tener todos los reporteros coberturas relacionadas con la pandemia teníamos acceso directo a la información sobre los cuidados preventivos básicos; eventualmente, se nos compartieron algunos links sobre coberturas seguras en tiempos de pandemia.
“Se generó un protocolo interno en el área de Redacción (para los editores), que contempló el trabajo desde casa durante semanas (no recuerdo cuántas, pero fue al menos un mes), y, cuando regresaron se les implementaron horarios escalonados; se separaron sus áreas de trabajo para que tengan más distancia entre sí y son obligatorios el uso de cubrebocas y gel desinfectante, toma de temperatura, y constante limpieza de sus áreas de trabajo”.
Cabe señalar que los medios han reducido drásticamente su personal desde hace una década aproximadamente, lo que ha conllevado a una mayor carga de trabajo para los reporteros, fotógrafos y camarógrafos, quienes tienen que cubrir no sólo una fuente.
Reporteras entrevistadas señalan que la covid-19 generó una mayor carga laboral, ya que en algunos casos pasaron a realizar funciones como editoras y ya bajo esa figura se pretendió que también reportearan información. En promedio, los portales informativos cuentan con dos reporteros y en la mayoría de los casos han prescindido de los servicios de un fotógrafo exclusivo, por lo que además de recoger información se les pide tomar fotografías o videos con el celular sin mayor retribución.
Fotografías: Xana Zamudio y Pixabay.