Una esponja “carnívora” fue una noticia publicada en Cienciario en septiembre del 2017, que ratificó cómo la diversidad en las ciencias naturales rebasa toda dimensión humana  

 

David Tafolla Venegas

Al abrir y hojear cualquier libro de texto básico, sobre todo con los referidos a las ciencias naturales, es obligado que al menos el primer capítulo esté dedicado a grandes mentores y descubridores que vivieron a finales del siglo pasado y todo el siglo antepasado, principalmente, e hicieron enormes descubrimientos en diversas áreas de la biología; tan así, que suponer descubrimientos de tal magnitud hoy en día, sería prácticamente imposibles. No dimensionamos que, en realidad, los seres humanos somos muy minúsculos en comparación con nuestro planeta Tierra y las extensiones de tierras y aguas que aún faltan por explorar son enormes y que en muchos lugares seguramente existen organismos que nunca nos lo hubiéramos imaginado.

En días recientes, dentro de la comunidad de científicos dedicados al estudio de la diversidad biológica, se dio una muy buena y a la vez sorprendente noticia que causó mucho sobresalto, “se descubrió una nueva especie de esponja marina”. Sí, ya sé que no causó la misma sorpresa que a los científicos ahora que recién ha leído la noticia, pero, porque aún no explico; enseguida verá que estará con la misma emoción. Primero ¿qué son las esponjas? Las esponjas son un grupo de animales mayormente marinos extremadamente sencillos, tan sencillos que las células conformantes de su cuerpo no forman tejidos, y al no formar tejidos pues mucho menos tienen órganos ni sistemas; sus cuerpos, por ende, son agregados de células y nada más. Al no poseer órganos, esto las obliga a alimentarse exclusivamente por filtración de agua ya que el tracto digestivo es un órgano y pues no tienen.

Lo anterior no es tan triste como podría sonar, al contrario; al ser animales sencillos y poseer una dieta también sencilla, les ha permitido sobrevivir en una gran variedad de ambientes acuáticos donde el único requisito para poder comer es que haya materia orgánica disuelta en el agua, tan así que, no únicamente son diversas hoy en día, sino lo han sido en todos las eras geológicas, tan exitosas son, que son de los pocos grupos de animales que han conservado el diseño corporal prácticamente sin modificaciones por más de 540 millones de años. Quiere decir que les ha funcionado ser como son.

Esponja carnívora en forma de sombrilla Cladorhiza mexicana; nueva especie para la humanidad habitante a dos mil 473 metros de profundidad en el mar de Cortés en el golfo de California. A, esponja colectada preparada para la colección. B, ejemplar fotografiado en su hábitat. Créditos: Instituto de Investigación Monterey Bay Aquarium.

Durante mucho tiempo se pensó que las esponjas, sin importar la especie, no se salían mucho del patrón arriba descrito, pues hace un par de semanas se dio a conocer el hallazgo de una nueva especie de esponja “carnívora”. Jamás nos imaginaríamos a un animal que no tiene órganos para digerir alimento complejo, comiendo carne, algo inconcebible para los humanos pero no para la naturaleza. Lo emocionante del asunto son varias cosas, una de ellas es que se encontró a un animal raro, por decirlo de alguna manera, en aguas mexicanas, pues la especie de esponja carnívora vive en las profundidades del mar de Cortés, que por cierto fue bautizada como Cladorhiza mexicana, haciendo honor a México por supuesto. Otra cosa es que esta especie nos enseña a que la capacidad de adaptación natural de los animales al ambiente es muchísimo más amplio de lo que pensábamos, un proceso que va más allá incluso de la organización corporal, no se necesita un cuerpo complejo para realizar funciones complejas, finalmente lo más importante de todo, es que aún hoy en día los grandes descubrimientos en la naturaleza son posibles. Muy emocionante ¡¿Verdad?! El hallazgo fue realizado por investigadores del Instituto de Investigación Monterey Bay Aquarium con sede en el estado de California EE UU.

En definitiva y en términos generales es muy emocionante este tipo de noticias, puesto que nos enseñan que en la naturaleza hay mucho aún por conocer, no todo está dicho ni descrito, todo esto se traduce en años venideros de mucho trabajo para las generaciones futuras que abracen las ciencias naturales como trabajo y modo de vida, una clara invitación para un nicho de trabajo que brinda satisfacción personal, bienestar social y armonía existencial, cualquier duda al respecto y de otras cuestiones naturales, consulte a su biólogo de confianza.


Profesor en la facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Coordinador del laboratorio de investigaciones en Parasitología de la facultad de Biología. Me dedico a investigar la biodiversidad de parásitos en fauna silvestre con especial interés en parásitos de fauna marina en el Pacífico Oriental Tropical y el mar Caribe.

Profesor en la facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Coordinador del laboratorio de investigaciones en Parasitología de la facultad de Biología. Me dedico a investigar la biodiversidad de parásitos en fauna silvestre con especial interés en parásitos de fauna marina en el Pacífico Oriental Tropical y el mar Caribe.