Vivir en contacto con productos biológicos, modificados a través de procesos específicos, es parte de nuestros hábitos cotidianos, aún y cuando ni siquiera lo sospechamos, como nos recuerda este texto publicado en Cienciario en septiembre del 2017.

 

Rafael Salgado-Garciglia

La biotecnología no es exclusiva de los laboratorios extremadamente avanzados, está en nuestra vida cotidiana.

La biotecnología utiliza sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para crear o modificar productos o los procesos con que éstos se obtienen. Esta definición nos hace creer que todas estas técnicas biológicas solo se realizan por investigadores o tecnólogos expertos en grandes laboratorios sofisticados, y la asociamos casi exclusivamente con la creación de animales o plantas transgénicos, organismos de los que actualmente se habla mucho, que han sido modificados genéticamente (OGM).

Pero esto no es así, la biotecnología está en nuestra vida cotidiana, ya que usamos y comemos productos biotecnológicos, más comúnmente de lo que se cree y no precisamente de origen transgénico. Más aún, personas no especializadas hacen uso de la biotecnología diariamente en su casa o en pequeñas industrias y quizás no lo saben, viven con la biotecnología.

¿Por qué decimos esto?

Porque al comer pan, queso o yogurt, y bebernos un vino o una cerveza, estamos consumiendo productos biotecnológicos. La elaboración del pan, queso, vino, cerveza y vinagre, data desde hace unos diez mil años y todos ellos tienen algo en común, ya que se derivan del proceso denominado fermentación, que involucra la acción de microorganismos.

Aunque esto es muy antiguo, éstos fueron conocidos hasta los siglos XVIII y XIX, principalmente son el hongo tipo levadura Saccharomyces cerevisiae, responsable de la obtención del pan, del vino y de la cerveza, las bacterias del género Acetobacter que producen el vinagre y las de los géneros Lactobacillus o Lactococcus, utilizadas en la elaboración de queso y otros productos lácticos.

Con la anterior explicación, es claro que al tomar las bebidas fermentadas (alcohólicas) de agave como el tequila, el mezcal, el pulque y otras como el tepache (de piña), el pozol (masa de maíz y chocolate) y el tejuino (de maíz), estamos bebiendo un producto biotecnológico.

También la biotecnología está presente al comer ciertas plantas y animales, ya que éstos fueron domesticados y seleccionados desde hace cientos o miles de años por el hombre, basándose en las técnicas convencionales del mejoramiento genético, obteniendo especímenes con mejores características. Algunos ejemplos de éstos son: maíz, jitomate, papa, calabaza, chiles, trigo, cebada, arroz y los diferentes tipos de ganado como las vacas, ovejas, cerdos y cabras.

Productos biotecnológicos actuales

Desde hace unos 300 años, con las técnicas actuales de mejoramiento (hibridación y cruzamiento selectivo), se han obtenido nuevos híbridos, razas y cultivares tanto de plantas como animales que usamos cotidianamente. Ejemplos de éstos son los cultivares actuales de fresa, obtenidos a partir de un híbrido logrado en 1765 en Francia; así como el aguacate Hass, que apenas se creó hace unos 90 años; y las diferentes razas de ganado vacuno como la Hereford, Brangus, Charolais, Nelore y Brahman, que fueron obtenidas en los siglos XVIII y XIX

Mascotas y plantas de nuestro jardín.- Aunque éstas se han obtenido también hace miles de años, actualmente se registran nuevos cultivos o nuevas razas. Entre las plantas con flores más representativas tenemos a las gerberas, las lilis, las violetas y las orquídeas, y entre los animales que tenemos en casa, a los peces, perros y gatos.

Biotecnología y salud.- Los antibióticos, que desde 1943 son comercializados para curarnos de enfermedades infecciosas, las vacunas para el control de enfermedades virales como la tosferina, sarampión o poliomelitis, y los antisueros para contrarrestar el efecto de picaduras de alacrán, de algunas arañas y hasta de serpientes, son también ejemplos de productos biotecnológicos.

Avances de la ingeniería genética.- Desde hace unos 45 años, hacemos uso o consumimos productos de los OGM, que no solo son plantas y animales transgénicos, ya que con la ingeniería genética también se obtienen nuevos productos que se utilizan en la medicina, en la agricultura, en alimentos, en perfumería y cosmetología, y hasta en la industria textil.

La biotecnología moderna ofrece además las terapias génicas para el tratamiento de ciertas enfermedades como el cáncer, la biorremediación, los productos biodegradables y los biocombustibles.

Ahora, cuando saborees un rico taco al pastor con su rica salsa y te tomes un buen mezcal, sabrás que estás consumiendo productos biotecnológicos.


Ilustración: Caniceus | Pixabay


Profesor e Investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo biotecnólogo y cultivador de plantas, pero también…de ciencia.