Habitantes encuestados de Morelia, Tarímbaro, Charo y Álvaro Obregón afirmaron acatar el confinamiento por la pandemia, aunque persisten franjas de vulnerabilidad en sectores que requieren ser atendidas.
Raúl López Téllez
No obstante que en su mayoría los ciudadanos observaron y guardaron medidas preventivas y de distanciamiento social superior hasta en un 70 por ciento en Morelia y municipios conurbados a la capital estatal, persiste una franja que requiere de “formas más atinadas y acciones más dirigidas a reducir necesidades de movilidad” y que se reflejen en un menor número de contagios, además de la adopción de medidas “intramunicipio” que le pongan freno al aumento de casos.
Lo anterior deriva del primer reporte del proyecto “Permanencia en casa e impactos socio-económicos de la Covid-19 en Morelia y municipios conurbados”, presentado este jueves 29 de octubre por Ana Burgos, José Antonio Vieyra Medrano, Cinthya Ruiz López y Luis Miguel Morales, del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) de la UNAM Campus Morelia, el cual incluye el lapso comprendido desde abril hasta julio, con un muestreo especifico a la llamada Jornada Nacional de Sana Distancia, desarrollada desde el 30 de marzo hasta el 30 de mayo.
Los investigadores destacaron que el relajamiento de las medidas de confinamiento a partir de la llamada “Nueva Normalidad”, a partir de junio, se tradujo en más contagios derivadas de situaciones socioeconómicas que prevén se mantengan, ya que en la zona de Morelia y los municipios de Tarímbaro, Charo y Álvaro Obregón, la tasa de desempleo que deriva en la informalidad laboral alcanza hasta al 70 por ciento de la población, cuando la media nacional se ubica en un 56.3 por ciento.
Destacaron que en el caso de Tarímbaro, el municipio más cercano a Morelia, se observan incrementos rápidos de casos, y con una menor proporción en Charo y Álvaro Obregón como parte de un “corredor de contagio”, lo que consideran obedece a la necesidad de transitar hacia la capital estatal por servicios y ocupación laboral. De acuerdo con los datos arrojados, se observa que la movilidad de las personas se mantiene en una frecuencia desde cuatro hasta siete salidas de la casa a la semana y consideraron “preocupante” el flujo de la inmovilidad ante la persistencia de la pandemia y que se refleja en contagios y avance de comorbilidades entre la población.
De acuerdo con los resultados arrojados, las recomendaciones de los investigadores plantean a los gobiernos municipales de los municipios objetos del estudio, que deben de establecer estrategias “intramunicipio”, con mejores canales de comunicación para identificar necesidades más específicas sobre todo de sectores vulnerables que reduzcan la movilidad de los mismos, además “no perder ni relajar” medidas establecidas de sanidad como el uso del cubrebocas, gel, evitar los contactos físicos y mantener una sana distancia.
La investigadora Ana Burgos, destacó entre los objetivos del muestreo el generar información “para mejorar la toma de decisiones”, identificar problemáticas para adoptar medidas correspondientes y el reconocer impactos de la pandemia en lo económico, social y de salud mental. La encuesta fue realizada con 35 preguntas, se logró la participación de mil 165 personas en Morelia y 126 de los municipios de Tarímbaro, Charo y Álvaro Obregón, en los que junto con la capital michoacana se concentra el 20 por ciento de la población estatal.
Burgos reconoció que los resultados presentan algunos sesgos por la baja representación de encuestados alcanzada y en la que influyeron factores como la baja escolaridad de sectores vulnerables y por consiguiente su poco acceso a las tecnologías de la información, además de ubicarse en la informalidad laboral y con poca participación de personas mayores de 70 años.
En la relatoría que realizó, la investigadora señaló que al 21 de marzo se detectaron los primeros tres casos en Morelia, con 177 al final de la llamada Jornada Nacional de Sana Distancia, en junio, y hasta el 30 de septiembre, cuando terminó la muestra, ya sumaba 3 mil 844 casos. A partir de entonces, estimó que a la fecha el número de afectados – que suman más de 4 mil contagios-, representa un incremento de “casi 18 veces más respecto al conteo de casos de finales de mayo”.
“El 77% de los encuestados residentes en Morelia y el 70% de los residentes en los municipios conurbados estudiados, mostraron un nivel de auto-confinamiento alto y muy alto, por lo que es posible considerar que se realizó un gran esfuerzo por parte de la población en general, en particular, de los sectores en condiciones socioeconómicas menos favorables. El bajo número de contagios durante la JNSD es consistente con el panorama general reflejado en estos resultados”, se indica en las conclusiones.
En Morelia, “una de cada cuatro personas debió salir con alta frecuencia semanal al espacio público, ello con independencia de su condición de riesgo ante la enfermedad”, dato ante el que es “necesario insistir con el mantenimiento de medidas de prevención, de manera más dirigida a las personas de alta vulnerabilidad sanitaria que necesariamente deben exponerse al espacio público”.
Municipios conurbados, “un corredor de contagio”
Los encuestados residentes en los municipios conurbados, principalmente en Tarímbaro, señala el estudio, “mostraron en general una mayor movilidad que los de Morelia, una situación que además fue particularmente alta en personas con condiciones socioeconómicas menos favorables y vulnerabilidad sanitaria elevada, propiciando un corredor de contagio que podría explicar el acelerado incremento de casos en Tarímbaro observado desde finales del mes de mayo”, donde recomiendan “la coordinación de acciones dirigidas al sector con mayor movilidad entre los ayuntamientos de Morelia y Tarímbaro”, que podría reducir la intensidad de contagio.
De acuerdo con la estadística, en Morelia se refleja una mayor movilidad en hombres, con un 34 por ciento, en contraste con el de las mujeres, con un 16 por ciento, fenómeno “posiblemente relacionado con los roles de género”, según Burgos. En los municipios conurbados, la movilidad de hombres es de 33 por ciento, y el de mujeres aumenta hasta un 29 por ciento, debido a las necesidades laborales de las mujeres de estos lugares, mayores a las de las que habitan en Morelia.
En cuanto a los grupos de edad, se observa un “comportamiento homogéneo” en Morelia, donde tanto jóvenes como adultos mantuvieron las medidas de confinamiento y escasa movilidad, en contraste con los de los municipios conurbados, donde jóvenes de más de 20 años y adultos mayores entre 62 y 64 años de edad y hasta más, observaron en menor medida las medidas de aislamiento recomendadas y que se ligan a necesidades laborales.
En 26% de encuestados, poca capacidad de prevención
Respecto a la capacidad de prevención y respuesta ante la pandemia, los resultados del proyecto señalan que tanto en Morelia como en los municipios conurbados, se manifestó en “el 74% de los encuestados en la capital y el 79% de los residentes en municipios conurbados. La baja incidencia de contagios durante el periodo del 30 de marzo al 30 de mayo en estos municipios parece concordar con estos datos”.
En Morelia, no obstante, un 26 por ciento de los encuestados mostraron “una capacidad de prevención y respuesta ante la COVID-19 débil o deficiente; estas personas estuvieron presentes en todos los sectores socioeconómicos, aunque las deficiencias fueron más preocupantes en los sectores de alta y media vulnerabilidad social debido a los rezagos que estos sectores tienen para enfrentar cualquier amenaza”.
En los municipios conurbados “el 21% de los encuestados mostró una capacidad de prevención y respuesta débil o deficiente”. Ante esta similitud entre todos los municipios, “las acciones coordinadas entre ayuntamientos podrían incrementar la capacidad de respuesta de estos sectores”.
Atender necesidades que generan movilidad
Cuestionados respecto a qué factores identificarían en el aumento de contagios en Morelia en las últimas tres semanas, respecto a los del Puerto Lázaro Cárdenas, que mantenía el pico más alto desde el inicio de la pandemia, Burgos señaló que los datos que se tienen no son comparativos respecto al resto de la entidad, por lo que sería difícil estimarlos, aunque señaló que el aumento en esta capital podría derivar de la dinámica de mayor relajamiento en la movilidad de su población y que repercute en un incremento de 42 por ciento de incremento en relación con los más de 3 mil observados hasta septiembre y que hasta el momento rebasan los 4 mil contagios.
Vieyra Medrano señaló que a más relajamiento se producen más contagios, por lo que consideró que la movilidad es un “punto crucial” que de no controlarse, derivará en más personas afectadas, sobre todo porque la misma se relaciona con la necesidad de servicios y empleos en el tránsito entre Morelia y los municipios conurbados, de ahí la necesidad de elaborar “estrategias intramunicipio”, sin que ello implique relajar medidas sociales, a lo que Burgos apuntó la necesidad de adoptar “formas más atinadas y acciones más dirigidas” para reducir necesidades de movilidad social.
Morelia: dos comportamientos diferenciados
“Hasta el 30 de septiembre de 2020, la curva epidémica de la enfermedad COVID19 en el Municipio de Morelia mostró dos comportamientos diferenciados: uno durante la JNSD entre el 23 de marzo y el 30 de mayo de 2020; y otro a partir de los primeros días del mes de junio. Los primeros tres casos confirmados en Morelia se detectaron el día 21 de marzo, y para el día 30 de mayo (fin de la JNSD) se habían confirmado 177 casos. En el primer mes de la nueva normalidad entre el 1 y el 30 de junio, los casos confirmados escalaron hasta un total acumulado de 694, lo que representó un incremento de 517 casos. Al día 30 de septiembre se registraban 3844 casos, casi 18 veces más respecto al conteo de casos de finales de mayo».
Municipios conurbados, las diferencias con la capital
“Por su parte, la curva epidémica en los municipios conurbados de Tarímbaro, Álvaro Obregón y Charo mostró características diferentes a Morelia. Los primeros casos en estos municipios ocurrieron el 10 y 22 de abril, para Álvaro Obregón y Tarímbaro, respectivamente; y el 18 de mayo en Charo. Durante la JNSD, el incremento de nuevos casos confirmados fue muy bajo en los tres municipios, alcanzando un total de 6, 11 y 5 casos al 30 de mayo, respectivamente. Sin embargo, durante el periodo posterior, la curva epidémica del municipio de Tarímbaro mostró un incremento significativo, alcanzando al 30 de septiembre un total de 239 casos confirmados, con un incremento equivalente a 40 veces respecto al total de casos al 30 de mayo. En cambio, la curva epidémica de Charo mostró un incremento de 128 casos al 30 de septiembre. El municipio de Álvaro Obregón mostró una menor curva epidémica muy suave al pasar de 11 casos a 55 en un lapso de 5 meses”.
Fotografía: Wendy Rufino.