Una de las plantas más apreciadas, como lo señala Rafael Salgado-Garciglia en este texto de Cienciario publicado en abril del 2018, establece una relación con el arte a partir de sus componentes.
Rafael Salgado-Garciglia
Las orquídeas son mayormente conocidas por su valor ornamental, ya que son una de las plantas más apreciadas por sus flores con distintivos colores y exóticas formas. La vainilla (Vanilla spp) es una orquídea muy importante a nivel mundial porque produce los frutos (vainas) de los que se extrae la esencia de vainilla, un saborizante o aromatizante utilizado con fines industriales.
Pero, quizás pocos sabemos que algunas orquídeas son fuente de aglutinantes, sustancias que pertenecen a las gomas de origen vegetal, que tienen diversas aplicaciones: emulsionantes, estabilizantes y espesantes en productos alimenticios, farmacéuticos, cosméticos, textiles y también en el arte.
Las gomas vegetales se han utilizado durante siglos como medios de unión, para pintar, escribir e iluminar manuscritos y para aplicar decoraciones de hojas metálicas.
Las gomas o aglutinantes de las orquídeas están presentes en los tallos modificados, denominados pseudobulbos. Su uso data de siglos y debido al rescate del uso de sustancias naturales como pegamentos, aunque es reducido, actualmente persiste. Es interesante hablarles de esta aplicación de las orquídeas ya que en muy contados lugares como México, Guatemala y otros países de Centroamérica, y algunas comunidades del norte de Australia, surgió su uso como pegamento en esculturas, mayormente religiosas, y como espesante en pinturas de arte autóctono.
En Guatemala, el aglutinante de la orquídea Cyrtopodium punctatum se ha utilizado como pegamento para encuadernar libros y en México, los pseudobulbos de diversas orquídeas (Govenia liliaceae, Govenia superba, Laelia autumnalis, Catasetum integerrimum y Bletia purpurea) han sido usados como fuente de pegamento para reparar instrumentos musicales. Además, de Prosthechea pastoris, se obtenía un mucílago que servía como adhesivo y mordente de pigmentos tanto de origen vegetal como animal o mineral. En Michoacán, también el mucílago de pseudobulbos de orquídeas, principalmente de Laelia autumnalis y de Laelia speciosa, se emplea para dar consistencia a un tipo de dulces de pasta de azúcar, aceite y almendras, que se preparan en la época de día de muertos.
Arte plumario y figuras de pasta de caña de maíz
Ambas corrientes artísticas datan del México prehispánico y como pegamento o aglutinante en las dos técnicas, se ha utilizado el mucílago proveniente de algunas orquídeas.
Para adornar las mantas y los huipiles de los sacerdotes, los penachos, los escudos, los cinturones y los bordones, se utilizaban plumas principalmente de colibríes y quetzales, las que requerían de un aglutinante para ser pegadas de manera natural. Su uso era ceremonial, suntuario, mercantil, cotidiano y para la guerra. En Michoacán, además se utilizaban plumas de diversas especies de águilas, garzas, gorriones, golondrinas, perdices, tordos y tórtolas, entre otras más. El arte plumario prehispánico era realizado por artesanos especializados llamados “plumajeros”, utilizando principalmente el aglutinante de pseudobulbos de Prosthechea citrina (limoncito) y de Laelia autumnalis (flor de Todos Santos).
Las figuras de pasta de caña de maíz eran elaboradas por los purépechas a partir del centro de los tallos secos de plantas de maíz y de aglutinantes de origen vegetal como el mucílago del nopal y algunos provenientes de orquídeas, esculpiendo figuras de sus dioses. Su principal característica era su asombrosa ligereza lo que permitía transportarlos con facilidad durante sus guerras. El aglutinante es muy importante para unir las cañas de maíz y éste como ya mencioné, era obtenido de los pseudobulbos de algunas orquídeas como limoncito (P. citrina) llamada en purépecha tatzingueni, flor de corpus (Laelia speciosa), flor de Todos Santos (L. autumnalis) y de otras como Bletia campanulata y Govenia liliacea. La técnica es denominada thatzingueni cuyo significado purépecha es “engrudo de la tierra”.
Durante la época colonial y debido a la evangelización, los artesanos cambiaron los temas de sus trabajos dedicándose a elaborar figuras religiosas, representaciones de vírgenes, santos y cristos.
Pintura autóctona
En ciertas comunidades de Oceanía, principalmente en el norte occidental de Australia, en las Islas Tiwi e Isla Groote Eylandt, el mucílago de pesudobulbos o tallos de orquídeas como Dendrobium affine, Cymbidium canaliculatum y Geodorum pictum, se utiliza como aglutinante para evitar el deterioro de pinturas realizadas en cortezas de árboles. Se realizan pinturas en las cortezas que proceden generalmente de una especie de eucalipto (Eucalyptus tetradonta), al final se cubre con el aglutinante de orquídeas.
Características del mucílago de orquídeas
Con los estudios químicos realizados a diferentes mucílagos provenientes de orquídeas se sabe que éstos se caracterizan por contener esencialmente glucomananos -polisacárido soluble en agua compuesto de los monosacáridos D-glucosa y D-manosa, de estructura lineal con algunas ramificaciones con enlaces ß- (1-4)- generalmente con una relación aproximada de 1:3, aunque esta relación difiere entre las especies. De hecho, en el mucílago de Bletia campanulata se han identificado a los monosacáridos fructosa y glucosa y al disacárido sacarosa.
La cantidad y la calidad del mucílago en un pseudobulbo de orquídeas depende tanto de la edad de éste como de la estación. Los pseudobulbos viejos tienen un menor contenido de mucílago.
En nuestro país, las sustancias aglutinantes con mayor uso provienen del árbol del hule, del mezquite, del ocote, del copal y del nopal, entre otras más plantas, pero el proveniente de las orquídeas tiene gran importancia en el arte prehispánico.
Fuentes:
García-Peña y Peña. 1985. Uso de las orquídeas en México desde la época prehispánica hasta nuestros días. Orquídea (México), 8(1):59-75.
https://www.herbarioamo.org/index_archivos/Orquidea(Mex.)8(1).pdf
Oikión-Solano V. (coordinadora). 1997. Manos Michoacanas. Coedición Gobierno del estado de Michoacán, El Colegio de Michoacán y Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. pp. 145-175.
Fotografía: Buntysmum | Pixabay
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