“Después de cuatro décadas de operación, la viabilidad, sostenibilidad y continuidad de este proyecto tal como era se complica en la actualidad, mencionó Julia Moreira, directora de ALFA Fundación”.

 

Ana Claudia Nepote

A través de un comunicado de prensa emitido el 2 de septiembre pasado, el Planetario ALFA ubicado en Nuevo León anunció su cierre definitivo tras 42 años de promover la ciencia y la tecnología. El recinto fue pionero cuando abrió en 1978 al contar con la tecnología más innovadora, fue el primero en contar con una pantalla IMAX en el país.

El Planetario se creó por el Grupo Industrial Alfa, fue inaugurado el 11 de octubre de 1978 por el licenciado Fernando Solana Morales, entonces Secretario de Educación Pública, y por el presidente del consorcio, el ingeniero Bernardo Garza Sada. De acuerdo con información publicada por Vanessa Herrera en la revista Ciencia UANL en 2002, el planetario “fue fundado con la idea de dar a la comunidad una oportunidad de ver algo que no existía en Monterrey, ya que el único museo que había en ese entonces era el Museo Monterrey”.

Después de cuatro décadas de operación, la viabilidad, sostenibilidad y continuidad de este proyecto tal como era se complica en la actualidad, mencionó Julia Moreira, directora de ALFA Fundación. Desde hace ocho años, esta Fundación cuenta con un sistema educativo enfocado en la atención de jóvenes de secundaria y preparatoria para promover su desarrollo a través de carreras profesionales universitarias. De acuerdo con Moreira, “el sistema educativo que diseñó ALFA Fundación está creciendo y generando gran impacto. Incluimos herramientas que impulsan el desarrollo y movilidad social de jóvenes con altas capacidades y recursos económicos limitados”.

El acervo de las exposiciones permanentes con las que contaba el Planetario ALFA ubicado en Monterrey, se donará a otros recintos e instituciones educativas. El Planetario también contaba con un aviario, que por el momento seguirá operando a puerta cerrada para mantener y cuidar las especies que ahí habitan, hasta que se decida su lugar de reubicación.

México cuenta con dos grandes asociaciones que agrupan a los planetarios y centros de ciencia. Por un lado está la Asociación Mexicana de Planetarios fundada hace 50 años, y la Asociación Mexicana de Museos de Ciencia y Tecnología creada en 1996 cuya misión es contribuir a la efectividad de los museos y centros de ciencia y tecnología para promover la cultura científica y tecnológica del país. El Planetario ALFA formó parte de ambas asociaciones.

En 1992 el Planetario Alfa obtuvo el Premio Nacional Distinción México, en la categoría de Educación por el programa de visitas escolares, y la Mención de Honor del Premio Nacional de Distinción México en la categoría de cultura. En 1993 recibió el Premio Ollin Tonatiuh de Ecología y en 1998 el reconocimiento TECNOS al Mérito del Desarrollo Tecnológico. El Planetario también formó parte de la Red de Popularización de la Ciencia y la Tecnología de América Latina y el Caribe.

En 2014 el Planetarium de Torreón, Coahuila, fue sede del Primer Festival Internacional de Planetarios que organizó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). El festival destacó que los planetarios son los centros de divulgación científica más antiguos del mundo, en un inicio se dedicaron a la astronomía y más recientemente a la exploración espacial. Ya con el desarrollo de la tecnología digital, los planetarios se modernizaron para convertirse en espacios de divulgación de ciencia, tecnología y del arte.

Con el cierre de un Planetario, “se pierde mucho, pues la importancia de los planetarios radica en que fueron los primeros centros de divulgación del país, y su principal función es conectar a la comunidad local con la ciencia».

Actualmente en México existen alrededor de 40 planetarios, menciona para Cienciario Milagros Varguez, directora del Planetario Ka’Yok ubicado en Cancún. A la pregunta ¿qué pierde la sociedad cuando cierra un planetario?, responde: “se pierde mucho, pues la importancia de los planetarios radica en que fueron los primeros centros de divulgación del país, y su principal función es conectar a la comunidad local con la ciencia. Por otro lado, a diferencia de los museos de ciencia, los planetarios cuentan con un domo que los hace arquitectónicamente relevantes. Son espacios únicos que nos pueden llevar, a través de las experiencias dentro de sus domos, a lugares que jamás conoceremos. Tienen un gran impacto en la educación infantil, tienen la capacidad de mostrarnos constelaciones y galaxias. En años más recientes los planetarios nos hemos abierto a otros temas y gracias a ello promovemos vocaciones y culturas científicas. La visita a un planetario es un paso muy importante en el desarrollo de las niñas y niños, y es una experiencia colectiva que vale mucho la pena preservar.”

Cabe recordar que en 2017 el Planetario Alfa sufrió un incendio que inició en el Pabellón donde se ubicaba el vitral “El Universo”, obra del artista Rufino Tamayo. En el comunicado emitido por el Planetario ALFA manifiestan sentirse “muy orgullosos del papel y legado que el Planetario ALFA construyó durante toda su trayectoria. Fue el primer museo interactivo del país, el primer IMAX de Latinoamérica e impulsó la labor cultural de la ciudad y la región. Por eso hoy queremos agradecer a los más de 15.2 millones de visitantes, cientos de voluntarios y a nuestros colaboradores todo el apoyo que brindaron durante estas cuatro décadas para impulsar la ciencia, la tecnología y el conocimiento entre a población de México.”


Imágenes: Pixabay | Fundación ALFA


Bióloga tapatía, comunicadora de ciencia e integrante de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia A.C. Ciclista, caminante y exploradora de paisajes bioculturales. Docente de tiempo completo en la ENES, UNAM en Morelia y Doctorante en Ciencias de la Sostenibilidad.