Escenarios de riesgo, laborales, de higiene, de equipamiento y condición mental, son claros obstáculos para el personal de Salud –médicos, administrativos y trabajadores a cargo de la limpieza-, que enfrenta directamente la pandemia por el coronavirus en México, señalan en un panel ciudadanos y especialistas. 


Mesa de Cienciario

Por replantear las condiciones laborales, técnicas, económicas y de seguridad que enfrenta el personal del sector en México ante la pandemia, se pronunciaron especialistas invitados al panel “COVID-19, implicaciones en salud mental y derecho del personal de salud”.

En la retransmisión del evento, incluido en el seminario permanente “El derecho a la salud mental” desarrollado por El Colegio Nacional (Colnal), la psicóloga María Elena Medina-Mora señaló que frente a otras acciones, legales, técnicas, de seguridad y económicas que se deben emprender desde el Estado para ayudar al personal de salud que arriesga su vida, “no se debe dejar de lado la inversión pública en más investigación, que habrá de dar las soluciones a la pandemia que enfrentamos en el mediano y largo plazo”.

María Elena Medina-Mora comentó que son indudables los múltiples riesgos a los que se ha enfrentado el personal de salud del país en esta contingencia, “tanto personal médico, como de enfermería, administrativo y de limpieza”.

Dichos riesgos no se limitan al posible contagio, “sino también al exceso de horas de trabajo, el incumpliendo de diversas cláusulas contractuales,  la ausencia en muchos casos de equipo de protección adecuado, la falta de espacios de descanso protegidos, la ausencia  o disparidad en las guías de acción hasta ahora elaboradas por instituciones como la Secretaría de Salud, el ISSSTE y el IMSS,  y especialmente el personal de salud se enfrenta a una gran carga emocional, misma que está provocando síndrome de estrés postraumático, ansiedad, y otros padecimientos nerviosos”.

Frente a este panorama, comentó, “esperamos que las instituciones del país jueguen un papel más proactivo en esta etapa de la pandemia”.

Definir prioridades, inevitable ante carencias

Mariana Mureddu Gilabert se refirió al tema del “triage” (clasificar a los pacientes de acuerdo a lo prioritario de su atención), como una práctica “necesaria e inevitable” frente al exceso de la demanda de servicios médicos y las limitaciones de recursos, equipo y espacios hospitalarios que tiene el país y donde el expediente clínico –con todos los elementos informativos disponibles– resulta de la mayor relevancia al momento en que el personal médico debe tomar la extremadamente difícil decisión de saber a quién dar prioridad en los hospitales.

“Si consideramos que el de salud y el de la vida son dos derechos universales de la humanidad, el triage nos pone frente a la compleja decisión de elegir quién tiene más derecho que otro”, comentó y reconoció que “hasta ahora no se ha elaborado una guía general única, con parámetros, protocolos y criterios claramente establecidos, que ayude al personal médico a tomar la decisión adecuada e incontrovertible frente a cada caso, con base en los tres principios rectores de la ética médica: la beneficencia, la justicia y la autonomía”.

“Sólo con una guía adecuada, y plenamente avalada y sancionada por las instituciones de salud, podrá protegerse al personal médico frente a las previsibles controversias judiciales que se habrán de presentar en el caso de familiares inconformes por las decisiones tomadas en el marco del triage”.

Lourdes Motta Murguía aludió a las estadísticas dadas a conocer recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de que entre 10 y 11 por ciento del personal de salud a nivel global se ha contagiado del virus de COVID-19; de acuerdo con dichas cifras, Irlanda es el país con mayor índice de mortalidad entre su personal sanitario contagiado de COVID-19 con un porcentaje de 25 por ciento, mientras que la situación de México también es muy alta con un índice de mortalidad en el personal de salud de 15 por ciento.

“Tenemos casos documentados en México de violación a los derechos del personal de salud, al que se le ha obligado a prestar sus servicios aún en condiciones de inseguridad”, aseveró. Puso como ejemplo la Norma de Infecciones Nosocomiales, un documento regulatorio para México que ha tomado años su redacción y que a estas alturas no se encuentra listo.

El psiquiatra Nicolás Martínez se refirió a las crecientes agresiones verbales, físicas y casos de discriminación denunciados ante la CONAPRED por parte del personal de salud. “Hay un ambiente creciente de miedo, incertidumbre e ignorancia que son algunos de los factores que han detonado dichas agresiones, y para lo cual es necesario fortalecer la información por parte de las autoridades sanitarias para revertir este lamentable fenómeno social”, comentó.

En las conclusiones, se destacó que “la mayoría de las preguntas y comentarios recibidos por parte de las más de 700 personas que siguieron en línea a la actividad, se centraron en la reiterada demanda por ofrecer al personal de salud las condiciones de seguridad necesarias para continuar con su valiosa labor en esta pandemia. La gente no está preguntando qué hacer para no ir a trabajar a sus centros de salud, sino exigiendo que les brinden las condiciones necesarias para hacerlo”.

La conferencia “COVID-19, implicaciones en salud mental y derecho del personal de salud”,se encuentra disponible en el Canal de YouTube de El Colegio Nacional: elcolegionacionalmx.     

Imagen, Pixabay.