El modelo educativo a través de la TV implica exclusión para los indígenas por las condiciones de rezago en que viven y donde la carencia de energía eléctrica es una de ellas.
Mesa de Cienciario
El indígena, es un sector que forma parte de los 1.8 millones de mexicanos que carecen de acceso a la energía eléctrica, lo que constituye una limitante para acceder a la educación bajo el modelo de virtualidad televisiva que imponen las autoridades educativas ante la pandemia por la COVID-19, denunció el Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM), al considerar “inoperante” el programa oficial.
El programa “Aprende en Casa II”, considera la organización, en la que se incorpora la televisión como instrumento de enseñanza, “continúa discriminando, excluyendo y violando los derechos de las comunidades”.
En Michoacán, de acuerdo a estadística oficial, “viven 136,608 personas de 5 y más años que hablan alguna lengua indígena, de los cuales el 34.8% se encuentran en pobreza extrema, lo que significa que tan solo en la entidad 47,539 indígenas no mantienen los ingresos suficientes para acceder a la canasta básica alimentaria, mucho menos para acceder eficazmente a la educación en línea o a la teleeducación”.
El Consejo reiteró que “el 77.6% de la población hablante de la lengua indígena vive en la pobreza, el 34.8% se encuentra en pobreza extrema, 8 de cada 10 viviendas indígenas mantienen rezago habitacional, el 19.9% carece de servicios de agua, el 24.6% no tienen drenaje, el 13.9% de las viviendas mantienen pisos de tierra y 1.8 millones de personas no tienen servicio de energía eléctrica, las cuales se encuentran distribuidos en 6 mil 497 grupos poblacionales, principalmente en comunidades indígenas, por lo que no tienen las condiciones económicas y tecnológicas para acceder al programa Aprende en Casa II”.
La pandemia, “continúa exhibiendo las carencias en que sobreviven las comunidades originarias”, por lo que invitaron a funcionarios federales y estatales de la Secretaría de Educación “a visitar los pueblos indígenas y conocer realmente su realidad social y verificar que el programa Aprende en Casa es inoperante en los pueblos indígenas”.
Ilustración, Pixabay.