“…los hongos constituyen un grupo de organismos muy interesantes y complejos, dentro de los que se encuentran los mohos, levaduras, mildius, royas, o los productores de cuerpos fructíferos llamados setas y muchos otros. Son microscópicos, aunque pueden formar organismos gigantescos que llegan a ocupar hasta hectáreas de tamaño, aunque siguen siendo microscópicos.”
Horacio Cano Camacho
Trabajo con un hongo llamado Colletotrichum lindemithianum. Me interesa por su capacidad de producir un arsenal enorme de enzimas que degradan los carbohidratos complejos de las paredes celulares vegetales. Esta es un arma muy poderosa que usan para infectar a las plantas y alimentarse de ellas. La relación que establecen con sus huéspedes se parece mucho a la película de terror gótico Alien: el octavo pasajero.
Pero no es el único ejemplo de un modo de vida muy inquietante. Ya tendré oportunidad de platicarles varios casos, incluyendo el de “mi hongo”. Al momento de decidir platicar sobre este tema, se publicó un artículo en la prestigiosa revista científica Cell (https://doi.org/10.1016/j.cell.2022.09.005), sobre otro caso que viene muy bien a mi propósito y ahora se los cuento.
Por principio debo decirles a los no-biólogos, que los hongos constituyen un grupo de organismos muy interesantes y complejos, dentro de los que se encuentran los mohos, levaduras, mildius, royas, o los productores de cuerpos fructíferos llamados setas y muchos otros. Son microscópicos, aunque pueden formar organismos gigantescos que llegan a ocupar hasta hectáreas de tamaño, aunque siguen siendo microscópicos. Forman un grupo distinto de las plantas, los animales, bacterias y protozoarios. De hecho, los estudios genéticos han demostrado que están más cercanos a los animales que a los demás seres vivos de este planeta.
Se conocen alrededor de 144 mil especies, un número seguramente muy subestimado. Se les ha descrito prácticamente todos los estilos de vida que podemos encontrar en la naturaleza: vida libre, parásitos, patógenos, saprófitos, comensales, simbiontes, mutualistas, etc., y en todo tipo de asociaciones. Están agrupados en el reino Fungi.
Ahora se les ha encontrado asociados al cáncer… y no, no es que sean cancerígenos, si bien muchos de ellos producen toxinas que sí son responsables de cáncer. Los de ahora “viven” dentro de los tumores.
No es la primera vez que se descubre una asociación de microorganismos con tumores cancerígenos. De las bacterias se conocen varios casos. De hecho, hay bacterias capaces de inducir el desarrollo de tumores en plantas, como los nódulos fijadores de nitrógeno en leguminosas producidos por las bacterias del género Rhizobium sp. o los tumores en árboles desencadenados por la bacteria Agrobacterium tumefaciens en humanos, se conoce una bacteria, Fusobacterium nucleatum, bicho que vive sin pena ni gloria en nuestra boca, pero que puede desencadenar que un tumor haga metástasis y colonice otros órganos del cuerpo de células malignas.
En el estudio publicado por Cell se caracterizó el “micobioma” (la comunidad de hongos) en 17 mil 401 pacientes con 35 tipos distintos de cáncer en varios tejidos. En el estudio se encontró que cada tipo de cáncer presenta diferentes componentes fúngicos en cada caso. Con pruebas de tinción se les buscó en los tejidos y es claro que estas comunidades se encuentran dentro de los tumores y no son resultado de contaminación u otros artefactos, es decir, viven dentro del tumor y al parecer hay selectividad de cada comunidad con el tipo específico de cáncer.
Hay tipo de estudio que nos permite identificar y estudiar la estructura y función de todas las secuencias de ADN aisladas de una muestra. De manera masiva nos permite dilucidar que “hay allí”, fundamentalmente en el caso de microorganismos. Se usa para estudiar las comunidades de microbios que residen en la piel, el tracto digestivo, una muestra de aire, agua, suelo, etcétera, sin tener que aislar y cultivar cada cosa por separado (que es muy complejo y tardado). Estos estudios, llamados metagenómica fueron usados en este caso con los tumores.
Resultaba muy interesante saber si desplazaban a las bacterias o tenían algún vínculo con ellas o con las células del sistema inmune del paciente y se encontró que aparentemente no compiten, parece que coexisten de manera permisiva, más que competitiva.
Otro aspecto de mucho interés es cómo llegaron allí, sin son responsables del desarrollo del tumor o sólo son comensales que fueron atraídos allí por la producción de sustancias específicas por las células cancerígenas. Es bien sabido que las células cuando pierden el control de su ciclo de vida, alteran muchas de sus funciones y la expresión de genes específicos, es decir, activan genes que deberían estas apagados o lo contrario, inactivan otros cuando no deben y esto pudiera provocar la síntesis de algo que los hongos buscan. ¿O fueron los hongos, como algunas bacterias, responsables de producir sustancias que desencadenaron el cáncer?
A mí me resulta interesante saber que pasaría con el tumor si lo tratáramos con una sustancia antimicótica, como muchas fitoalexinas producidas por las plantas para eliminar a los hongos fitopatógenos. Los autores del estudio proponen desentrañar más la asociación de comunidades específicas con tumores y usarlo como un pronóstico del desarrollo del cáncer en etapas tempranas, tal como el caso de la bacteria de la boca que les comenté antes.
Es un reporte muy interesante que abre nuevas líneas de investigación en el cáncer, diagnóstico y tratamiento, pero falta aún mucho conocimiento. En cualquier caso, es claro que los hongos deberían generar más interés, sobre todo vistos los estilos de vida tan inquietantes que presentan…
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