“El libro es probablemente el más asombroso de los inventos humanos, los demás, escribió Borges, son extensiones del cuerpo, de sus sentidos, de sus brazos, vista, oídos, olfato”.

 

Horacio Cano Camacho

En los intercambios de regalos de esta extraña navidad, en el laboratorio, nuestras estudiantes decidieron que se regalaran libros, lo cual para mí ya fue un gran regalo. Yo visite una librería, luego de casi dos años de no hacerlo, claro, con el rostro cubierto y todo, como en una expedición peligrosa, para cumplir con mi compromiso. Y me encontré con un mundo maravilloso de colores, diseños, portadas, títulos… Todo invita a leer, llamándonos para recordarnos que nuestra memoría esta allí, recubierta aún con plástico; con sus páginas abiertas al cielo; con separadores de hojas listos a saltar sobre nosotros o con pequeñas notitas en papel adhesivo recomendandonos este o aquel título (un detalle que me encantó).

Dos años ya de no ir a una librería y menos a una feria del libro. Los que aman los libros me entenderán plenamente. Yo iba buscando un título particular para el regalo: un libro sobre la historia del libro. Además de encantar a quien me tocó en la rifa, también era un homenaje muy modesto a este texto. Yo prefiero los libros en papel, sin embargo, me encantan de manera diferente los libros electrónicos, en lo más duro de la emergencia sanitaria me salvaron de múltiples formas y fue imposible no recordar los vaticinios de los conservadores: ¡el formato electrónico es un error!, ¡es malo!, ¡nos atontará! (aún más), son negativos porque …se aprende menos y chuladas de estas.

El título que deseo recomendar yo lo leí en formato de eBook (quiero creer que no me atontó y lo disfruté muchísimo). Ese día aproveché para adquirirlo en papel porque es un libro digno de estar con mis otros libros en mi pequeña biblioteca. Es además, una muestra de la falsedad de estas afirmaciones, porque es un estudio sobre el origen y evolución del libro. Se trata de El universo en un junco, un fascinante ensayo de la filóloga y escritora española Irene Vallejo (Zaragoza, Aragón, 1979). Un ensayo sobre la historia del libro es por definición un texto erudito, casi dirigido a otros especialistas o profesionales sumergidos en el uso de los libros como instrumento de trabajo o investigación. Este, por el contrario, si bien rebosa de erudición y análisis crítico, también es un ejemplo de divulgación, de un estilo y un lenguaje lleno de emoción, misterio, intriga, humor, en fin, del deseo de hacernos participes a todos de este viaje maravilloso.

El libro es probablemente el más asombroso de los inventos humanos, los demás, escribió Borges, son extensiones del cuerpo, de sus sentidos, de sus brazos, vista, oídos, olfato. El libro es la extensión de la mente. Es el principal recurso de aprendizaje, pero también de comunicación de las ideas, que a través de él se convierten en ideas culturales, capaces de crear la imaginación colectiva que permite la cohesión de los grupos humanos o nos permite vivir el futuro en  otros mundos o en el presente, usándolo con ejercicio de este otro mundo posible.

Irene Vallejo ya había escrito un par de libros, de alcance muy modesto. Este, su tercer intento, no era una novela, sino un ensayo de la especialista que es. Sus editores de una empresa pequeña, se dieron cuenta de lo que había logrado y la refirieron a una editorial de altos vuelos (Siruela) y de allí saltó al mundo. Ya lleva 41 ediciones en tan solo dos años y medio. Ha sido traducido a más de treinta idiomas, ha recibido más de una docena de premios desde el Premio Nacional de Ensayo (2020), hasta reconocimientos de asociaciones, editoriales, ferias, y Vallejo es ya una referencia obligada en temas del libro en todo el mundo, es decir, un fenómeno editorial de esos que aparecen muy de vez en cuando.

Y es que el propósito del texto es contarnos (literalmente) el desarrollo de este invento, desde la antigua Alejandría hasta el Renacimiento y un poco la época moderna.

Irene Vallejo rompe con el texto académico sin renunciar al dato correcto, duro, verificado por la historia. En ese sentido es un ensayo de una especialista, pero lo hace proponiéndonos un viaje fascinante por la historia de la civilización y la vida de los personajes como lectores.

El libro nos cuenta historias y ese es su gran poder y encanto. Un estilo muy ameno, nos hace viajar a cada sitio importante en la historia, nos cuenta chismes, sucesos, amores y desamores en torno a nuestro objeto, como si estuviéramos alrededor de una fogata y un café disfrutando del cuentero que nos seduce con sus narraciones. Pero a diferencia del cuentero tradicional, aquí sabemos que todo es rigurosamente cierto. Esa es la magia de Irene Vallejo.

Este ensayo es un ejemplo de divulgación narrativa. No intenta tratarnos a los lectores como alcancías donde depositar datos, cifras, nombres por memorizar, exponiendo hechos sin contexto social o de interés para el gran público. Por el contrario, nos propone hacer un viaje en el que se mueve en el contexto de divulgación para no-especialistas y nos cuenta historias, anécdotas y narraciones, lo que hace el aprendizaje potencialmente más importante porque esta conectada a contextos emocionales.

Vallejo nos presenta mucha información muy cuidada y referenciada, pero lo hace de forma narrativa, lo cual tiene un mayor potencial de incrementar el interés y la asimilación de nosotros, sus lectores. La escritura narrativa se reconoce como una herramienta muy poderosa de comunicación para la divulgación.

De manera muy importante, al narrarnos la historia del libro, nos hace comprender que el concepto “libro” ha permanecido desde su invención y lo que va cambiando es el soporte, desde las tablillas de barro, el labrado en placas de roca, los rollos de papiro y otras fibras vegetales para almacenar textos, hasta la invención de la imprenta de tipos móviles, y en la actualidad, el teléfono celular o la tableta, el soporte ha  cambiado, pero el libro sigue siendo lo que es. Sostiene Irene Vallejo que “es un error pensar que cada novedad borra y reemplaza las tradiciones”, los libros electrónicos, en todo caso, no hacen sino tratar de imitar a los libros físicos y aportan, en el camino, algunas ventajas. Vallejo, por cierto, nos muestra que la resistencia de ciertos sectores contra cada fase de la evolución de los libros usaba más o menos, los mismos argumentos para atacar lo nuevo.

Regálese y regale para estas vacaciones este encantador libro-ensayo sobre la vida de los libros y los personajes que lo hicieron posible. Se divertirá, se cultivará y sobre todo, tendrá la oportunidad de treparse al carro de la historia para emprender este viaje.


Originario de un pueblo del Bajío michoacano, toda mi formación profesional, desde la primaria hasta el doctorado la he realizado gracias a la educación pública. No hice kínder, por que en mi pueblo no existía. Ahora soy Profesor-Investigador de la Universidad Michoacana desde hace mucho, en el área de biotecnología y biología molecular… Además de esa labor, por la que me pagan, me interesa mucho la divulgación de la ciencia o como algunos le dicen, la comunicación pública de la ciencia. Soy el jefe del Departamento de Comunicación de la Ciencia en la misma universidad y editor de la revista Saber Más y dedico buena parte de mi tiempo a ese esfuerzo.