Las universidades y espacios de ciencia podrían suponer la erradicación del fenómeno, aunque lo cierto es que igual se reproduce bajo una visión patriarcal, jerárquica y que pretende usurpar sus aportaciones.

 

Ana Claudia Nepote

Hace 20 años, la Organización de las Naciones Unidas decretó el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer en recuerdo de las hermanas Mirabal, activistas dominicanas que lucharon contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Encarceladas, torturadas y violadas, fueron después liberadas y al poco tiempo, las asesinaron, el 25 de noviembre de 1960, en una emboscada tras una visita conyugal a sus respectivos esposos que estaban en la cárcel. La historia de estas hermanas, conocidas también como “Las Mariposas” se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia de género.

La estimación del Banco Mundial en el 2019, enciende la alerta en todo el mundo, ya que calcula que una de cada tres mujeres y niñas será víctima de violencia de género durante su vida. Estas violencias no están exentas de manifestarse en las universidades y en los centros de investigación científica.

De acuerdo con las investigadoras Sara Rietti y Diana Maffia, de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología, la ciencia se ha preservado como una institución patriarcal sostenida por ciertos modos de producción, funcionamiento y regulación jerárquica. Su hipótesis es que la ciencia aunque es protagonista de grandes logros, se ha desarrollado en el seno de un proyecto socio político y cultural de carácter patriarcal no igualitario.

En su cuenta de Twitter, la española Marta Macho, doctora en matemáticas y editora del proyecto “Mujer con Ciencia” señala que “invisibilizar, arrebatar, ocultar, silenciar, negar, no reconocer, eclipsar, usurpar… las aportaciones de las mujeres, en cualquier ámbito, también es Violencia de Género”, y la historia de la ciencia y la tecnología está llena de ejemplos en las que brillantes mentes femeninas han sido silenciadas y no reconocidas por sus aportes a la ciencia.

El río suena desde hace algunos años y poco a poco las mujeres académicas se han organizado para integrar redes de conocimiento con perspectivas de género. En México existen dos redes que vale la pena mencionar: la Red de Género y medio Ambiente, una organización de la sociedad civil fundada en 1995, y la Red Mexicana de Ciencia, Tecnología y Género conformada en 2012. Ambas agrupan personas interesadas en promover la equidad de género, políticas públicas con perspectiva de género, inclusión de mujeres en la generación del conocimiento y entender los vínculos que existen en cuestiones de género y diversos campos de la ciencia y la tecnología.

En 2019 un equipo integrado por mas de 30 reporteros de Distintas Latitudes, una comunidad de periodistas y comunicadores de América Latina, realizó una encuesta en 100 universidades de 16 países latinoamericanos y encontró que el 60 por ciento carecía de políticas para gestiona las quejas por acoso sexual que vivían las universitarias.

En ese mismo año, la prestigiosa revista Science, publicó una carta firmada por más de 250 investigadores en la que hacía un llamado a “científicos e instituciones de toda América Latina a ser conscientes del daño que el machismo y su negación inflige a las mujeres y a la misión de la ciencia en general”.

Con el fin de reconocer el rol crítico que tienen las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología, la Asamblea General de las Naciones Unidas decretó hace cinco años el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia que se conmemora el 11 de febrero. En el marco de esta conmemoración, nuevamente la revista Science publicó un reportaje en febrero de 2020 titulado “Científicas de Latinoamérica intensifican lucha contra el acoso sexual” realizado por los periodistas de ciencia Lindzi Wessel y Rodrigo Pérez Ortega, en él investigan diversos casos de violencia y acoso que han vivido estudiantes e investigadoras de algunas universidades chilenas, colombianas y mexicanas.

En respuesta a esta alarmante problemática han surgido movimientos sociales e iniciativas internacionales. Entre ellas destaca el proyecto de “500 mujeres científicas” que trabajan para convertirse en la principal organización para la transformación del liderazgo, la diversidad y el compromiso público en la ciencia”. Y por otro lado y en respuesta de que apenas el 27% de las fuentes consultadas por periodistas en América Latina son mujeres, surge desde Ecuador “Voces expertas”, un directorio latinoamericano de mujeres especialistas en distintos ámbitos del conocimiento como una guía para que los medios de comunicación tengan acceso a fuentes y puedan diversificar las voces y visibilizar el rol que tienen las mujeres profesionales de distintas áreas.

Entre el 10 y el 14 de noviembre pasado se realizó la primera editatona organizada por la colectiva Científicas Mexicanas y Wikimedia México, una jornada dedicada a la edición y generación de biografías de científicas mexicanas en Wikipedia, como respuesta a la necesidad de reconocer e incrementar la participación de las mujeres en la ciencia. Esta iniciativa busca reducir la breca de género en Wikipedia ya que el 90 por ciento de las personas que la editan son hombres. El objetivo de estas jornadas es impulsar a las mujeres a que se sientan partícipes en la generación de contenido y visibilicen los temas que consideran relevantes.

La respuesta por parte de las autoridades universitarias también comienza a manifestarse. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lleva algunos años trabajando en la atención a víctimas de violencia y acoso dentro de sus entidades, sin embargo fue a partir del 2019 que creó la Coordinación Universitaria por la Igualdad de Género que busca articular el trabajo de todas las comunidades a través de iniciativas y acciones que buscan la prevención de la violencia, la construcción de nuevas masculinidades y de un nuevo modelo universitario basado en una comunidad más igualitaria, abierta e incluyente.

Actualmente la UNAM cuenta con comisiones de equidad de género en la mayoría de sus dependencias, integradas por estudiantes, docentes, investigadoras y personal administrativo que vela y promueve diversas acciones para que estos cambios tan necesarios puedan realizarse al interior de las aulas, los laboratorios y los diversos espacios que integran las universidades. Por su parte los movimientos feministas que se realizan en distintas ciudades e instituciones de educación superior nos obligan a atender una realidad que ya no se puede ignorar, debemos de frenar ya la violencia contra las niñas y las mujeres en la sociedad, en los hogares y también en los espacios dedicados a la generación de conocimiento científico.

En la conmemoración de este 25 de noviembre de 2020, el Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM se pronuncia a favor del rechazo internacional de la violencia contra las mujeres e invita a recordar colectivamente, una “realidad atroz que se debe desnormalizar, enunciar, denunciar y combatir” y añade que se requiere seguir avanzando en el camino de brindar seguridad cotidiana y perfeccionar los marcos de derechos a la protección jurídica de las universitarias y universitarios frente a la violencia de género.


Fotografía: Pixabay.


Bióloga tapatía, comunicadora de ciencia e integrante de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia A.C. Ciclista, caminante y exploradora de paisajes bioculturales. Docente de tiempo completo en la ENES, UNAM en Morelia y Doctorante en Ciencias de la Sostenibilidad.