Sin evidencia alguna de actuar en contra de la enfermedad, la aparición de la COVID-19 y su impacto mediático ha hecho surgir soluciones emergentes con aparentes salidas a una crisis médica y clínica en prevención y curación, con el riesgo de deteriorar la salud.



Laura Chaparro | Agencia SINC


Las acciones de los reguladores

Desde la Red TerCel hacen hincapié en distinguir las ofertas fraudulentas de los ensayos clínicos rigurosos que se están realizando. Mucho antes de la pandemia actual, cuando empezaron las investigaciones con células madre “se desarrolló un mercado situado entre la picaresca y el fraude que utiliza la marca ‘células madre’ como reclamo para aplicaciones que no están basadas en la evidencia”, denuncian.

El impacto clínico y mediático que tiene la COVID-19 ha provocado que parte de esta picaresca se desvíe hacia la oferta de tratamientos supuestamente preventivos o curativos de la enfermedad. Sin embargo, como recuerdan estos expertos, “en los ensayos las células van dirigidas a pacientes que están gravemente afectados por el SARS-CoV-2 y no se están aplicando ni como método de prevención ni como antivirales”, como prometen algunas desinformaciones que recoge el artículo publicado en Cell Stem Cell

La FDA y la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos han enviado cartas de advertencia a varias de estas empresas por vender productos fraudulentos contra la enfermedad. Les dan un plazo de 48 horas para responderlas y corregir las irregularidades. “Las compañías que venden productos que afirman fraudulentamente prevenir, tratar o curar la COVID-19 pueden estar sujetas a acciones legales, que incluyen, entre otras, la incautación o una orden judicial”, advierten en un comunicado. Además, animan a los usuarios a que denuncien cualquier práctica sospechosa que encuentren en la red.

En Europa, una portavoz de la EMA explica a SINC que la agencia europea está informando de forma proactiva a los ciudadanos sobre cómo reducir el riesgo de comprar medicamentos falsificados de sitios web no autorizados y otros proveedores que quieren explotar los temores de los usuarios durante la pandemia.

“Hemos publicado un comunicado de prensa y hemos puesto en marcha una campaña de comunicación en redes sociales para ayudar a los consumidores a identificar farmacias registradas online”, cuenta la portavoz de la EMA. Todas estas farmacias deben tener un logotipo común y aparecer en su página web.

Del MMS a la lactoferrina, no te dejes timar

Además de las falsas terapias basadas en células madre, los organismos reguladores alertan del riesgo de otras como el MMS, la conocida como solución mineral “milagrosa” basada en clorito de sodio que ha vuelto a ponerse de moda con el coronavirus. La FDA recalca que no hay evidencias de que esta sustancia sirva para tratar ninguna enfermedad y, de hecho, su ingesta es peligrosa pues se trata de una sustancia química que se usa como agente blanqueador.

Otros falsos remedios para tratar o prevenir la infección que ha desmentido la Organización Mundial de la Salud (OMS) porque no existen evidencias científicas que los respalden son tan variados como tomar vitaminas, hacer gárgaras, comer ajo, darse un baño caliente, ingerir comidas con picante, beber lejía, beber alcohol, exponerse al sol, usar secadores de manos para matar al virus, usar luz ultravioleta sobre la piel o usar soluciones salinas para la nariz.

Es común que estas falsas curas se difundan en contenidos o cadenas de mensajes, lo que ha llevado a la OMS a acuñar el término de infodemia para referirse a la epidemia de desinformación asociada a la pandemia.

En España, la Conselleria de Sanidad de la Generalitat Valenciana ha iniciado un procedimiento sancionador contra la empresa valenciana Sesderma por difundir supuestos beneficios en la prevención y tratamiento contra el coronavirus de la lactoferrina, una proteína que la empresa comercializa como complemento alimenticio informa El ConfidencialComo publicó Maldita Ciencia, varios medios se hicieron eco de las supuestas propiedades curativas de la proteína contra la COVID-19, a pesar de que no existían evidencias científicas que lo respaldasen.

Desde la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) indican a SINC que han recibido un gran número de alertas de pacientes que están siendo engañados en esta pandemia, no solo con falsas terapias sino también con falsos mecanismos desinfectantes.

“Algunas de estas estafas sanitarias se han adaptado bien a la nueva situación para explotar el miedo de la gente y estas pseudoterapias han pasado en apenas unas semanas de decir que son capaces de curar el sida o el cáncer a decir que pueden curar la infección del virus SARS-CoV-2”, explica Fernando Cervera, biólogo y miembro de la Junta Directiva de APETP.

Bajar la guardia por sentirse inmune

Sobre la homeopatía, el par biogmagnético y supuestos remedios para reforzar el sistema inmunitario también han llegado quejas a APETP. Precisamente para responder a las dudas sobre cómo fortalecer el sistema inmunitario frente al coronavirus o cualquier otra infección la Sociedad Española de Inmunología publicó una infografía con varias recomendaciones: ejercicio regulardieta equilibradavacunación en regla, dormir lo suficiente y evitar el estrés prolongado. Ni el alcohol, ni el tabaco, ni los suplementos vitamínicos (para personas sanas) son recomendables.

Ante la duda frente a algún tipo de terapia los expertos recomiendan acudir a fuentes oficiales y denunciar las prácticas fraudulentas. Más allá de la estafa económica que sufren quienes consumen falsas terapias, lo más peligroso son los riesgos para su salud, tanto por los tratamientos que dejan de tomar como por los efectos secundarios de las falsas curas.

Volviendo a los tratamientos fraudulentos con células madre, si pensamos en las medidas preventivas para luchar contra el coronavirus como la distancia social, como estas terapias se venden como “refuerzo del sistema inmunitario”, Turner se pregunta si los consumidores dejarán de cumplir las reglas porque se creen menos vulnerables a la enfermedad.

Por otra parte, en el escenario de pandemia actual, creer en este tipo de cuestiones pseudocientíficas “a veces viene acompañado de creer en teorías de las conspiración o en teorías negacionistas”, apunta Cervera, lo que puede dificultar la confianza en las autoridades e instituciones.

Las causas de la confianza ciega

¿Por qué hay personas que confían en terapias que no están respaldas por la evidencia científica? Manuel Jesús López Baroni, miembro del Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona, comenta SINC que una causa podríamos llamar energética. “Razonar supone un gasto de energía al que todo el mundo no está dispuesto”, mantiene, a lo que se suma que el misticismo sigue fascinando a mucha gente, frente a la verdad objetiva y demostrable, “que es aburrida”.

Otra causa sería el márquetin y las técnicas que utilizan estas pseudoterapias para atraer al público, como una neolengua y ocupar espacios públicos. En opinión de López Baroni, que también es profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), otro factor sería el ideológico. “Apoyar las pseudoterapias tiene un aire transgresor, antisistema, revolucionario incluso, de ahí que la homeopatía sea a la izquierda lo que el negacionismo climático a la derecha”, compara.

También habría una causa religiosa porque las pseudoterapias sacralizan la naturaleza. “Se olvida que para luchar contra la pandemia empleamos la biotecnología (vacunas, ingeniería genética) y no terapias naturales”, resalta. Y, por supuesto, el factor económico, puesto que quien vende este tipo de productos obtiene suculentos beneficios. Mucho antes de esta pandemia, como escribía Carl Sagan en El mundo y sus demonios (1995), la cultura comercial ya estaba llena de informaciones erróneas a expensas del consumidor. “No se espera que preguntemos. No piense. Compre”.