La falta de acceso a un equipo de cómputo es otra de las diferencias que visibilizó la pandemia por la Covid-19 frente a la virtualidad educativa en el nivel superior, donde a juicio de especialistas se debe avanzar en concretar una “transición exitosa” de lo presencial hacia el nuevo esquema digital.
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En México, en el contexto de la pandemia por el coronavirus y la brecha digital en el sistema educativo virtual, “más de medio millón de alumnos de licenciatura y posgrado podrían abandonar sus estudios; es decir, casi 600 mil jóvenes de pregrado, y otros 40 mil de posgrado, cifras equivalentes a 15 por ciento de los alumnos del sistema universitario del país”, consideró Marion Lloyd, investigadora del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), quien basó la cifra en estimaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
La especialista participó en el Coloquio «La Universidad y su futuro. Una mirada desde el 2020», realizado este 24 de septiembre, donde indicó que en el país “53 por ciento de la población tiene acceso a la red, comparado con el promedio latinoamericano de 67 por ciento. También hay disparidad entre zonas urbanas donde 73 por ciento la usa, en comparación con 40 por ciento de las rurales donde sólo cuatro por ciento de los hogares cuenta con ella. A este panorama se suma el alto costo del servicio”, según señala el comunicado emitido sobre el evento por la Dirección General de Comunicación Social de la UNAM.
Otro contraste que señaló, es la situación socioeconómica: “en promedio, 55 por ciento de los alumnos de universidades privadas tiene computadora en casa, mientras que sólo el 20 por ciento de los que asisten a instituciones públicas cuentan con una. En el nivel medio superior, cuatro de cada cinco alumnos no tienen acceso a Internet o a una computadora”.
Los especialistas que participaron en la sesión virtual coincidieron en que es urgente romper la brecha digital y se tenga un mayor acceso a internet, además de “lograr una transición exitosa de la enseñanza presencial al proceso educativo en línea y garantizar la calidad en la formación educativa”, retos que enfrentan hoy en día las universidades.
Leonardo Lomelí Vanegas, secretario general de la UNAM, destacó que ante la crisis sanitaria la función docente tiene una gran oportunidad para renovarse. La necesidad de instrumentar cursos a distancia acercó a muchos profesores a las tecnologías educativas, pero también evidenció que esas herramientas no suplen a la didáctica, sino que la complementan.
“Al final, las variables más importantes del proceso educativo son la calidad de los conocimientos que se transmiten y los métodos, a partir de los cuales se logra que los alumnos se apropien de ellos”, abundó al participar en el tema “Los retos de la universidad en el 2020”
Rosa María Torres, rectora de la Universidad Pedagógica Nacional, mencionó que la pandemia visibilizó las carencias y desigualdades de la población, y las exacerbó, escenario en el que planteó que “al desafío de las tecnologías en la formación profesional, se debe añadir la construcción de una política de cuidado, en particular de la vida y de la salud, con perspectiva de acciones hacia los estudiantes”.
Cobertura en México ante AL, menor en 10%
José Joaquín Brunner, profesor e investigador de la Universidad Diego Portales de Chile, consideró que en América Latina, “con todas sus diferencias, pero de manera homogénea, vivirá tiempos difíciles en la enseñanza superior, con fuertes inercias dependientes de la trayectoria del desarrollo de nuestro sistema y con márgenes relativamente estrechos para la innovación, en particular en la docencia, y con presión para gestionar, de manera más efectiva y con mayor eficiencia, los recursos que serán particularmente escasos».
Adriana Puiggrós, exsecretaria de Educación de Argentina, manifestó: antes de la pandemia la situación de los países latinoamericanos era compleja; aunado a ello, el avance tecnológico es desigual, situación que debe considerarse en la actualidad y a futuro.
Hoy la tecnología, en particular internet, se ha convertido en una demanda masiva y en muchos países se reclama la gratuidad de la conectividad, como se hace con la urbanización de barrios y favelas. “Nos encontramos en un momento complicado, en el que las universidades tienen tres posibilidades: bajar los brazos y sentir que no podemos hacer nada, dejar que las cosas corran, o hacer pequeñas cosas que conduzcan a grandes reformas”, ponderó.
Roberto Rodríguez, del Instituto de Investigaciones Sociales, explicó que en nuestro país hoy se cuenta con una cobertura bruta de educación superior (licenciatura, modalidad escolarizada), equivalente a 34.9 por ciento de los jóvenes de 18 a 22 años.
“El promedio en México de dicha cobertura es menor al de América Latina en casi 10 puntos, e inferior al de países comparables como Argentina, Brasil o Perú, y muy por debajo de las naciones de la OCDE. Esa distancia significa que tenemos una década de retraso en la condición que deberíamos tener en la actualidad, advirtió”.
En el territorio nacional, “es heterogénea porque mientras en la Ciudad de México, Sinaloa, Nuevo León o Puebla se alcanzaron niveles relativamente satisfactorios, por encima de la media nacional; otras, como Guerrero, Oaxaca y Chiapas están lejos de lograr los niveles promedio. Así, se enfrenta el reto de generar oportunidades de acceso a poblaciones dispersas y urbanas, entre muchos otros”.
Fotografía: Kelly Sikkema | Unsplash