“Una gran cantidad de especies de hongos, a través de sus historias evolutivas, han adquirido ciertas sustancias en sus tejidos que al ser consumidos pueden causar desde malestares menores hasta la muerte (que dependerá de la cantidad ingerida)”.
David Tafolla Venegas
Los humanos no poseemos corazas biológicas como los insectos u otro tipo de defensas como garras, colmillos, venenos que sí están presentes en un sin fin de animales; de lo que nos ha dotado la evolución y permitido sobrevivir como especie, es nuestro cerebro y con ello la capacidad de razonar. Parece ser, para nuestro pesar, que esta capacidad es falible, hay organismos que, cual sirenas con su canto, nos embelesan con su belleza, dulzura y promesas de viajes astrales, engañan nuestro razonamiento y caemos en una trampa que puede ser mortal. Hablo ni más ni menos que de los hongos.
Hablar justo este mes, de hongos no es casualidad. La plenitud de las lluvias, el permanente ambiente húmedo y el montón de materia vegetal disponible hace posible que agosto sea el mes de los hongos, llamado incluso “hongosto”. Biológicamente hay una inmensa variedad de hongos y ecológicamente tienen funciones maravillosas en la naturaleza pero de esto hablaré después. Por ahora quiero llamar la atención en su toxicidad.
Una gran cantidad de especies de hongos, a través de sus historias evolutivas, han adquirido ciertas sustancias en sus tejidos que al ser consumidos pueden causar desde malestares menores hasta la muerte (que dependerá de la cantidad ingerida). Considero que esto no es novedad, sin embargo; me ha llamado la atención que este año, en un periodo corto de tiempo he tenido conocimiento sobre un incremento de casos que han requerido hospitalización por intoxicación debido al consumo de hongos, al mismo tiempo que en redes sociales he observado que entre la juventud se citan para ir a un bosque cercano o área verde a buscar hongos.
Vamos por partes, primero debo aclarar que no todos los hongos son peligrosos, hay muchas especies que son completamente comestibles, deliciosos y con un valor nutrimental muy elevado.
Segundo, las especies que sí son peligrosas es porque poseen alguno de los siguientes compuestos: Amatoxinas, provoca dolores de estómago, náuseas, vómitos, diarrea grave, otros dolores extremos y hemorragias, causando finalmente la muerte por paro cardíaco más o menos a los dos días de ingerir la toxina. Orellanina, los primeros síntomas de intoxicación son similares a la gripe común. Estos síntomas son seguidos por insuficiencia renal, la producción de orina disminuye o termina, si no se trata adecuadamente, puede ser mortal. Ácido iboténico y muscimol, sustancias poderosamente neurotóxicas, afectan al sistema nervioso central con daños irreversibles, llegan a ser mortales también.
Tercero, las hospitalizaciones por intoxicación de hongos se dividen en dos. Por un lado están los pacientes que compraron hongos en los mercados para consumo. Estos hongos al ser colectados son confundidos por hongos comestibles y resultan ser tóxicos, la respuesta a lo que está pensando es “sí”, en apariencia es muy fácil confundir especies o tipos de hongos comestibles con tóxicos ya que son en extremo parecidos, esto aunado a una deficiente cocción (en especies que pueden resultar nocivas, una adecuada cocción de los hongos es suficiente para degradar la sustancia que provocaría el malestar). Por otro lado, los jóvenes que se van en busca de hongos para consumir y tener “viajes”. El problema aquí es la dosis, las sustancias psicotrópicas que pueden desencadenar la distorsión de la realidad es el ácido iboténico y muscimol, si no se consume en la dosis exacta, el viaje puede ser solo de ida.
Cuarto y último punto. Para diferenciar entre hongos tóxicos y hongos inocuos/comestibles se requiere de años de experiencia (incluso entre los especialistas resulta complicada la diferenciación a “ojo”). El consumo de hongos como alimento se recomienda sólo de aquellas especies que no representen problemas para su diferenciación, en caso de ser silvestres, y más favorable es el consumo de hongos cultivados (champiñones y setas por ejemplo). Si se pretende consumir hongos esperando un efecto disociativo de la realidad, igual, solo con expertos chamanes que puedan manejar una experiencia que no comprometa la salud; aunque tampoco se asegura que no vaya a haber efectos secundarios a largo plazo, por ende, mi recomendación total es no hacerlo.
Cuando los encontremos en nuestro camino desde luego que es motivo para detener el paso y apreciarlos, una vez contemplados dejarlos justo donde están y seguir nuestra senda. Finalmente me despido, recordándole apreciable lector, que si tiene alguna duda más de este u otro tema, no dude en consultarlo con su biólogo de confianza.
–
Imagen, Pixabay.
|