Antes del día 12 de octubre, el Ayuntamiento debe retirar el monumento dedicado a “los constructores” de la ciudad, o de lo contrario podría ser derribado por el Consejo Supremo Indígena al considerar que representa un “proceso histórico ilegítimo, violento e inmoral”.
Mesa de Cienciario
Por considerar una afrenta que exista en esta capital, “el mal llamado monumento a los constructores”, indígenas advirtieron al alcalde Raúl Morón Orozco que de no ser retirado el conjunto escultórico por la autoridad municipal, “nos reservamos el derecho a la movilización general y al retiro de esta humillante obra para los pueblos indígenas”.
El Consejo Supremo Indígena de Michoacán, que aglutina a 60 comunidades, señala en un manifiesto que autoridades comunitarias han emplazado al “primer ayuntamiento de izquierda de la ciudad”, a que retire el monumento antes del 12 de octubre próximo, cuando se celebra el aniversario del arribo de los españoles a suelo americano.
El cuestionado monumento –que para la organización “refleja siglos de saqueo, dominación y explotación del sistema colonial”-, está dedicado al constructor del Acueducto, Fray Antonio de San Miguel, y se denomina de “los fundadores” de la ciudad virreinal; se ubica donde se interrumpe el tramo del Acueducto, frente a la Unidad Deportiva Ejército de la Revolución y a pocos metros de la XXI Zona Militar.
El oficio, expuesto con el sello de recibido en las oficinas de la alcaldía, señala que el monumento “no reconoce a los constructores, por el contrario, es una obra ofensiva y racista, un símbolo de la subordinación, una representación del esclavismo y un emblema del genocidio español en América”.
En Morelia ya cayó años atrás una estatua. En el año 1992, cuando se conmemoraron los 500 años del descubrimiento de América, un grupo de indígenas y activistas derribaron la figura del virrey Antonio de Mendoza, fundador de la antigua Valladolid hoy Morelia. A tiros de mecate, la figura de bronce del español cayó del pedestal donde se ubica frente al Ex Convento del Carmen o Casa de la Cultura, la pieza reemplazada y obra del escultor Santos Sánchez, al igual que el derribo de la efigie de Diego de Mazariegos en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en el mismo año, hechos que recuerda la organización indigenista.
Imagen, Pixabay.