Dos alcaloides conocidos en demasía por el humano, son compartidos por las abejas a través de un néctar que las atrae y con bajo contenido de estas sustancias, en un interesante proceso que describe este artículo publicado en Cienciario el 18 de septiembre del 2018.

 

Rafael Salgado-Garciglia

La cafeína y la nicotina, son de los miles de compuestos considerados metabolitos secundarios que producen las plantas. Ambos pertenecen al grupo de los alcaloides, son moléculas amargas y generalmente producidas para repeler a los insectos que las atacan. Todos sabemos que la cafeína es un componente importante de una de las bebidas más comunes, el café, y la nicotina, el alcaloide presente en los cigarros. Estos alcaloides consumidos en dosis altas son tóxicos, pero en baja cantidad tienen actividad gratificante, ya que son sustancias psicoactivas debido a que estimulan el sistema nervioso central.

Generalmente relacionamos la presencia tanto de la cafeína como de la nicotina en los frutos o bien en las semillas de café, o en las hojas de tabaco, respectivamente. Pero, la cafeína también se produce en plantas como la planta del té (Camellia sinensis), en el cacao,  en el árbol del mate (Ilex paraguariensis), en las nueces del árbol de cola (Cola spp), en los frutos del guaraná (Paullinia cupana), en la vid, en las flores de cítricos, entre otras; y la nicotina en plantas de la misma familia a la que pertenece el tabaco (Solanaceae) como las papas, los jitomates y la berenjena, y también en la coliflor, en el apio, en las hojas de plantas del té y en algunas partes de la planta de papaya. Es por esto, que el néctar de la mayoría de estas plantas, contiene pequeñas cantidades de este tipo de sustancias estimulantes.

Si ambos alcaloides son producidos por ciertas especies de plantas como parte de su mecanismo de defensa contra insectos y otros animales herbívoros, a los que repelen o matan por su toxicidad, es sorprendente que las flores de este tipo de plantas produzcan néctar para atraer insectos polinizadores que contengan bajas dosis, ya sea de cafeína y nicotina.

El néctar con un contenido bajo de cafeína y nicotina, ¿atraen a las abejas?

Así es, desde hace más de diez años se sabe que las flores que contienen bajas dosis de estos alcaloides reciben más visitas de las abejas, llevando a un aumento en el proceso de la polinización. Los resultados de diversas investigaciones que se realizan desde entonces, demuestran que algunas especies de abejas no sólo no son repelidas o intoxicadas por la cafeína o la nicotina, sino que son atraídas por el néctar de las flores que acumulan estos alcaloides insecticidas y psicoactivos.

Si estas abejas han desarrollado el gusto por la cafeína y la nicotina, de seguro es porque consiguen obtener una recompensa muy atractiva. Lo que se ha descubierto, es que de manera similar a una de las acciones que ejerce el consumo de cafeína en nosotros los humanos, el mejorar nuestra memoria, es un efecto que también ocurre en las abejas, las que han aprendido a asociar el olor del néctar ya sea con cafeína o con nicotina. Investigadores de la Universidad de Dundee (Reino Unido) descubrieron que la cafeína tomada por las abejas, en su cerebro produce la activación de un grupo de células llamadas de Kenyon, lo que fue asociado con el bloqueo de receptores de un neurotransmisor (adenosina), que explica en cierta manera, la mejora en la memoria a largo plazo.

Ciertas especies de abejas han desarrollado células sensibles a ambos alcaloides, de tal manera que pueden distinguir los néctares que tienen bajas o altas concentraciones de éstos, lo que les permite seleccionar los que les gustan y no las intoxique.  Pero hay abejas que prefieren altas dosis al menos de cafeína. ¿Cómo toleran esto?

Se han identificado ciertas enzimas que se agrupan como CYP9Q, que forman parte de otro grupo de enzimas conocido como citocromo P450, que precisamente es responsable de descomponer las toxinas en humanos. Las del grupo CYP9Q3 en abejas, y las del CYP9Q4 en abejorros. Entonces, en relación a la cafeína, las abejas y los humanos tenemos varias cosas en común, nos gusta tomar café, incluso muchos somos adictos, nos ayuda a reforzar la memoria y tenemos mecanismos similares de desintoxicación.

Los mecanismos que se han identificado como responsables de descomponer este tipo de insecticidas por las abejas, puede llevar a entender cómo diseñar nuevos compuestos que repelan o maten a insectos plaga, sin ocasionar la muerte de las abejas. Este tema lo abordaremos en un próximo artículo en Cienciario.

Pero, no subestimemos a las plantas, éstas no solo producen tanto la cafeína como la nicotina como repelente de insectos o como insecticidas a altas dosis, sino también para drogar a los insectos polinizadores y modificar su comportamiento, como lo están haciendo con las abejas. Hacen que éstas visiten repetidas veces el mismo tipo de flores para conseguir una mayor y eficiente polinización, de relevante importancia para asegurar su descendencia con variabilidad genética.

También, ahora sabes por qué las abejas gustan de acercarse a tu vaso o lata de refresco de cola, es porque éste contiene además de azúcar, cafeína.


Ilustración: Pixabay.


Profesor e Investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, biotecnólogo y cultivador de plantas, pero también…de ciencia.