Temperaturas que han ido de 55 a 60 grados y ponen a prueba los límites de la sobrevivencia humana, ocurren en medio de escasez de agua y energía, en una tendencia que supone afectará a más de mil millones de personas en la región.

 

Leonor Solís

Desde hace unos días, las temperaturas en algunas zonas de la India y Pakistán han alcanzado niveles récord, poniendo en peligro la vida de millones de personas a medida que los efectos de la crisis climática se hacen sentir en todo el subcontinente. La información proveniente del sitio web de la Agencia Espacial Europea, mostró que las temperaturas de la superficie terrestre se acercan a los 55 grados centígrados en muchas partes del noroeste de la India y superan los 60 grados centígrados en varias zonas, suscitando la preocupación de varios científicos por los graves efectos de la actual ola de calor.

Las olas de calor tienen un impacto múltiple y en cascada no sólo en la salud humana, sino también en los ecosistemas, la agricultura, el suministro de agua y energía y otros  sectores clave de la economía. Los expertos afirman que la crisis climática provocará olas de calor más frecuentes y prolongadas, que afectarán a más de mil millones de personas en la región.

Los habitantes de ambos países se han visto obligados a encerrarse en sus casas, sin poder trabajar más que durante las horas más frescas de la noche, y se enfrentan a una grave escasez de agua y energía.

El mes pasado, Nueva Delhi registró siete días consecutivos de más de 40 grados Celsius, tres grados por encima de la temperatura media del mes de abril. En algunos estados, el calor cerró las escuelas, dañó las cosechas y presionó el suministro de energía, mientras las autoridades advertían a los residentes que permanecieran en casa y se mantuvieran hidratados.

La ola de calor también se ha dejado sentir en Pakistán, país vecino de la India, donde las ciudades de Jacobabad y Sibi, registraron el viernes temperaturas máximas de 47 grados centígrados. Según el Departamento Meteorológico de Pakistán, esta fue la temperatura más alta registrada en cualquier ciudad del hemisferio norte ese día.

De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), India es uno de los países más afectados por los efectos de la crisis climática. «Esta ola de calor no tiene precedentes», dijo la doctora Chandni Singh, autora principal del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) e investigadora principal del Instituto Indio de Asentamientos Humanos. «Hemos visto un cambio en su intensidad, su hora de llegada y su duración. Esto es lo que preveían los expertos en clima y tendrá efectos en cascada sobre la salud».

India suele sufrir olas de calor durante los meses de verano de mayo y junio, pero este año las temperaturas empezaron a subir en marzo y abril. En el estado septentrional de Punjab, conocido como «el granero de la India», la situación está provocando estrés térmico, no sólo a millones de trabajadores agrícolas, sino a los campos de trigo de los que dependen para alimentar a sus familias y vender en todo el país. La gente que trabaja al aire libre, en particular los agricultores y quienes trabajan en la construcción, sufrirán más ya que tienen menos opciones para refrescarse y no pueden alejarse del calor. Los agricultores han perdido miles de millones por culpa de este clima. Están sufriendo y por su nivel económico no pueden permitírselo.

La ola de calor ya ha tenido un impacto devastador en las cosechas, incluyendo el trigo y varias frutas y verduras. En la India, el rendimiento de las cosechas de trigo ha descendido hasta un 50 por ciento en algunas de las zonas más afectadas por las temperaturas extremas, lo que agrava los temores de escasez mundial tras la invasión rusa de Ucrania, que ya ha tenido un impacto devastador en los suministros.

En algunas partes de la India, la demanda de electricidad ha provocado una escasez de carbón, dejando a millones de personas sin energía hasta nueve horas al día. La India canceló más de 650 trenes de pasajeros hasta finales de mayo para despejar las vías para más trenes de carga, mientras el país se esfuerza por reponer las existencias de carbón en las centrales eléctricas. Los ferrocarriles indios son un proveedor clave de carbón para las centrales eléctricas de todo el país.

La demanda de electricidad ha provocado una escasez de carbón, dejando a millones de personas sin energía hasta nueve horas al día. «No tenemos un plan de acción contra el calor y hay lagunas en la planificación», dijo Singh. «Sólo se puede adaptar hasta cierto punto. Esta ola de calor está poniendo a prueba los límites de la supervivencia humana».

Los agricultores de la zona también hablaron de un impacto «drástico» en sus cultivos de trigo, mientras que la zona también ha sufrido recientemente cortes de electricidad de 18 horas.

La ministra del Clima en Pakistán, Sherry Rehman, declaró al periódico inglés The Guardian, que el país se enfrentaba a una «crisis existencial», ya que las emergencias climáticas se dejaban sentir desde el norte hasta el sur del país.

Rehman advirtió además que la ola de calor estaba provocando el deshielo de los glaciares del norte del país a un ritmo sin precedentes, y que miles de personas corrían el riesgo de verse atrapadas por las inundaciones en los próximos meses. También dijo que las temperaturas abrasadoras no sólo estaban afectando a los cultivos, sino también al suministro de agua. «Los embalses se secan. Nuestros grandes embalses están ahora mismo a nivel muerto, y las fuentes de agua son escasas», dijo.

La ministra insistió que la ola de calor debería ser una llamada de atención para la comunidad internacional. «Los fenómenos climáticos y meteorológicos están aquí para quedarse y, de hecho, sólo se acelerarán en su escala e intensidad si los líderes mundiales no actúan ahora», dijo.

Los expertos afirmaron que el calor abrasador que se está sintiendo en todo el subcontinente es probablemente un anticipo de lo que está por venir, ya que el calentamiento global se sigue acelerando.


Fotografía: Wesley Tingey | Unsplash


Mi pasión personal y profesional es la comunicación ambiental, en específico la comunicación audiovisual ambiental. Trabajo realizando esa labor en el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM. Soy miembro de la mesa directiva de la Asociación Internacional de Comunicación Ambiental y miembro fundador de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia. Me gustan muchas cosas muy disímiles, pero más me gusta la idea de compartir, compartir curiosidad, aficiones, gustos. Compartir y construir juntos. Por eso me dedico a compartir lo que me encanta y me parece importante. Encontrar otros que comparten lo mismo, hacen y no se dan por vencidos, es el regalo.  Espero nos encontremos en este camino.