Sorpresa, representó para investigadores localizar un ejemplar de una especie nunca vista en la zona y que representa un hallazgo especial para la ciencia ya que sólo existen dos especies del género Mirounga.



Ana Claudia Nepote

El domingo 5 de julio fue un día inusual para la población local y los pocos vacacionistas que visitaron la playa de San Francisco en Nayarit, mejor conocida como “San Pancho”. A las oficinas regionales de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) llegó un reporte del avistamiento de un elefante marino, una especie nunca vista en la región.

En la tarde del domingo el Grupo de Investigación de Mamíferos Marinos (GRIMMA) subió a su perfil en Facebook una fotografía y un aviso del hallazgo tan especial para la ciencia. Sólo existen dos especies de elefantes marinos del género Mirounga, una que habita el hemisferio norte y la otra en el hemisferio sur.

Las primeras observaciones reportaron que el animal estaba en buenas condiciones y es un comportamiento normal que los elefantes marinos descansen en la playa. Personal de la Red de Varamientos de Bahía de Banderas monitorearon a este mamífero conforme a los protocolos establecidos para estos casos, y exhortaron a la población a no acercarse para no estresar al animal.

En otra publicación vía Facebook a las 9:00 horas del lunes 6 de julio, los integrantes de GRIMMA actualizaron la información sobre el buen estado de salud del elefante marino pues no observaron golpes, heridas o restos de redes de pesca o mallas. En entrevista telefónica para Cienciario, el biólogo Roberto Moncada Cooley, experto en el estudio de mamíferos marinos, detalló que se trata de un ejemplar aparentemente macho, relativamente joven de entre unos 3 a 5 años de edad, pues aún no se desarrolla su trompa, característica de esta especie. Mide 3 metros de longitud y puede pesar 3-4 veces más que un lobo fino de la isla de Guadalupe.

Moncada detalló que la especie a la que pertenece este ejemplar es Mirounga leonina identificado por los pliegues de la nariz, la narina y el cráneo. Lo más sorprendente es saber que este pinnípedo vive y se distribuye en las costas de Sudamérica, es nativo de las costas de Argentina y Chile aunque su distribución también es circumpolar.

Los ejemplares que pertenecen a la especie norteña (Mirounga angustirostris), habitan desde Canadá hasta la isla Cedros en Baja California e Isla Guadalupe, son ejemplares de menor tamaño. Los machos de esta especie pueden medir 4.5 metros y pesar unos 1,800 kilogramos.

Los elefantes marinos carecen de oídos externos, nadan con sus aletas posteriores que están extendidas hacia atrás y no pueden curvarse hacia adelante. Las aletas frontales son relativamente pequeñas con dígitos flexibles que los usan para rascarse y echarse arena sobre el cuerpo.

Estos animales se alimentan en aguas profundas y en el fondo del mar, comen calamares, peces como lenguados, tiburones y rayas. De acuerdo con la información del Museo de Historia Natural de San Diego, los elefantes marinos son nadadores eficientes y pueden nadar cientos de kilómetros en pocos días, también tienen capacidad de bucear hasta profundidades de 200 metros.

De acuerdo con la estimación de Moncada Cooley, presidente del GRIMMA, los mamíferos marinos suelen extraviarse cuando se alejan demasiado de su grupo para comer, o se enferman o buscan refugio. Él considera que este elefante lleva perdido cuando menos un año en el que ha logrado escapar de posibles depredadores como las orcas.

“El tener un ejemplar en las costas nayaritas es una gran oportunidad de conocer más sobre el comportamiento y capacidades de los mamíferos marinos. Nuestro siguiente reto es lograr conseguir una muestra de piel o de cabello de este individuo para realizar análisis genéticos y conocer un poco más de su historia”, detalló Moncada.

La presencia de este elefante ha atraído la curiosidad de muchas personas. Hasta San Pancho acudieron los veterinarios que trabajan en un conocido parque acuático con delfines en Puerto Vallarta. Ellos estimaron que la salud del animal es buena, está alerta, aunque se ve un poco flaco.

Desde su hallazgo, personal de la Red de Varamiento lo ha estado monitoreando y vigilando, al mismo tiempo que advierte a la población del riesgo que implica acercarse demasiado al animal. Entre los pobladores se despierta la preocupación por el sufrimiento del animal, algunas personas se muestran interesadas en alimentar al elefante, pero no es necesario pues ha estado activo, nada, se refresca en el mar y vuelve a descansar a la playa.

Sin embargo el elefante marino se alejará lentamente. Moncada Cooley considera que si se acercan demasiadas personas a observarlo, él buscará lugares más solitarios para descansar y seguir nadando hacia el norte. Posiblemente la siguiente playa a donde llegará será Lo de Marcos, Nayarit. El especialista añade que no hay que olvidar el peligro de la zoonosis, es decir, que si los humanos tocamos y mantenemos contacto directo y cercano con animales silvestres o de vida libre, no sabemos que virus u otras enfermedades podamos contraer.

La más reciente actualización en Facebook de GRIMMA agradece la opinión de expertos en pinnípedos como los doctores Elorriaga, Gallo Reynoso y el biólogo Isai David, quienes coincidieron en señalar que el individuo pertenece a la especie del sur y que es un subadulto etapa 1.

Sin duda este hallazgo en las costas del pacífico mexicano sorprende a especialistas y pobladores al dar cuenta de la capacidad de desplazamiento que pueden llegar a tener algunos animales para trascender las fronteras naturales como lo son las corrientes marinas ecuatoriales como la corriente de Costa Rica.

Apenas el año pasado investigadores del Instituto Politécnico Nacional, de la Universidad Autónoma de Baja California, de la PROFEPA y del Parque Nacional Cabo Pulmo, realizaron el primer avistamiento del elefante marino del sur en la playa La Ribera en Baja California Sur. Este elefante marino fue visto el 4 de septiembre de 2019. Los detalles de este hallazgo se publicaron recientemente en la revista especializada Aquatic Mammals y en el estudio participaron nueve autores.

El Grupo de Investigación de Mamíferos Marinos A.C. se constituyó formalmente hace dos años. Además del maestro Roberto Moncada Cooley, presidente y fundador, participan once biólogos marinos interesados en la investigación y conservación de cetáceos, pinnípedos y sirenios de México y el mundo. Realizan investigación principalmente en Bahía de Banderas y en las costas de Nayarit y Jalisco. Uno de sus principales objetivos es contribuir con la conservación de estos mamíferos, conocer la biodiversidad de estos grupos y participar en redes de varamientos y de asistencia a ballenas enmalladas.

Imagen, cortesía de GRIMMA.



Bióloga tapatía, comunicadora de ciencia e integrante de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia A.C. Ciclista, caminante y exploradora de paisajes bioculturales. Docente de tiempo completo en la ENES, UNAM en Morelia y Doctorante en Ciencias de la Sostenibilidad.