Las diferencias visibles en los colores de las plantas encierran procesos más allá de la mera apariencia, como no lo hace ver este texto publicado en Cienciario en septiembre del 2018.

 

Rafael Salgado-Garciglia

Si eres un gran observador de las flores, quizás habrás notado que en ciertas plantas, en un mismo individuo, incluso en una sola rama, se producen flores de distinto color o con matices diferentes. Este fenómeno es llamado quimerismo, un término utilizado por la mezcla de algunos atributos para describir un animal de fantasía de la mitología griega, compuesto de partes diferentes de animales y humano, generalmente un monstruo con alas, cola de serpiente, cabeza de león y cuerpo de cabra.

El quimerismo ocurre en las plantas, cuando en un tejido u órgano (flores, hojas y tallos), hay células con más de un genotipo (composición genética) y el ejemplo clásico es la variación de colores y el patrón de éstos en las flores. La variegación es un tipo común de quimerismo y también la podemos observar fácilmente, pero sobre todo en las hojas y tallos de plantas de ornato, es cuando vemos una o varias hojas o partes de tallos verdes con bordes blancos o amarillos, así como marcas de ese mismo color u otros colores.  Ahora que ya sabes que estos cambios del color en las flores y en las hojas o tallos, son debido al quimerismo y variegación, trataremos de entender por qué se presentan y te los mostraré con ejemplos fáciles de observar.

Origen del quimerismo en las flores

Los patrones de color en piel, ojos y cabellos en humanos y animales, se deben a la composición genética de cada organismo, lo mismo sucede en las flores, la expresión genética en éstas determina el color de sus pétalos. Es por eso, que cuando ocurre un cambio genético (mutación) en un grupo de células del meristemo del cual se formará la flor, puede resultar una o varias flores con rasgos de diferente color. Esto ocurre en las flores rojas de Don Diego de Noche (Mirabilis jalapa), en la que podemos observar cambios del color de una o varias flores que nacen en un mismo tallo, algunas flores tendrán algunos pétalos blancos y otras perderán el color en todos, que puede ser total o con la permanencia de rayas o puntos del pigmento rojo original.

«El meristemo es un grupo de células en ápices o puntos de crecimiento de partes de las plantas con alta división celular, del que se originan todas las células que se diferencian para formar los diferentes tejidos vegetales darán lugar a las flores, las hojas y los tallos»

Las quimeras surgen cuando una célula sufre una mutación, que puede ser espontánea o inducida por irradiación o tratamiento con mutágenos químicos. Si la célula que muta forma parte del grupo celular que dará origen a una parte de la flor (ej. pétalos), entonces todas las células que se producen por división a partir de ella también mantendrán la mutación. El tejido resultante estará compuesto de células de diferentes genotipos, lo que define a este fenómeno como una quimera, cuando esto ocurre en las flores, el cambio es más visible. La estabilidad de estas quimeras depende del tipo de células mutadas del meristemo, cuando son muy estables, los cambios quiméricos pueden ser conservados cuando las plantas se propagan asexualmente (por estacas, esquejes e injertos). El quimerismo puede ser inestable cuando cierto grupo de células mutadas del meristemo no producen quimeras completas tanto en flores como en hojas, por lo que son transitorias.

Además de Don Diego de Noche hay otras plantas con flores quiméricas como las violetas africanas, petunias, hibiscos, crisantemos, gloria de la mañana, tulipanes, claveles, rosas, entre otras más.

Pero, no solo el quimerismo es visible en las flores, también podemos observarlo en plantas con modificaciones en tallos, como en zarzamoras sin espinas, en frutos como los duraznos sin vellosidades y en brácteas como en Nochebuena y Buganvilia.

Variegación en hojas y tallos

La variegación es un tipo de quimerismo en hojas y a veces en los tallos, que se define como una zona o partes de éstos de diferente color al natural de dichas partes de las plantas, la más común en la falta de clorofila que da la apariencia “blanca o amarillenta” en hojas verdes. Esto se debe a que dichas regiones variegadas provienen de tejidos que perdieron la capacidad de producir cloroplastos y dejan de ser verdes por la ausencia de clorofila (pigmento responsable del color verde), es decir, de tejidos quiméricos, que antes ya vimos que ocurren en los meristemos, en los que se originan células que, en este caso en particular, no formarán cloroplastos.

La variegación puede ser en diferentes partes de las hojas, aunque una muy común es la que se presenta en las orillas de éstas, formándose hojas verdes con solo los márgenes sin clorofila. Aunque ésta es aleatoria, también podemos encontrar hojas con variegación simétrica, incluso en toda la planta. Algunas plantas que presentan este tipo de variegación o quimerismo son las violetas africanas (Saintpaulia ionantha), el listón o “mala madre” (Chlorophytum comosum) y “lengua de suegra” (Sansevieria trifasciata). Una característica de la variegación, es que se considera mayormente inestable y puede perderse fácilmente en plantas que vuelven a ser verdes; pero en algunas especies, es tan estable que no cambia durante la vida de la planta, incluso cuando se propaga de manera asexual. Debido a que este fenómeno se debe a dos clases de tejidos (con y sin cloroplastos en tejidos verdes), si la planta variegada se propaga por semilla (sexualmente) se pierde dicha característica, siendo obligada la propagación asexual para preservarla. La variegación en hojas se presenta también en tréboles, oxalis, geranios y en algunas especies de aráceas como la planta “teléfono” (Epipremnum aureum), las galateas o amoenas, y las chefleras o aralias (Shefflera arboricola).

Hay otros tipos de variegación, como la de burbuja, que provoca un efecto visual plateado por la reflexión de la luz debido a una capa de aire debajo de la epidermis de las hojas, como las de la planta aluminio (Pilea cadieri), de algunas especies de violeta imperial (Cyclamen spp) y las de varias especies de begonias. Otra causa de variegación es cuando la clorofila se encubre con otros pigmentos que se producen en las plantas como las antocianinas que dan tonos rosas, rojos, púrpuras y azules, formando hojas con dichos colores. Este tipo de quimerismo o variegación lo podemos observar en tallos de ciertos tipos de cactus, que toman esas coloraciones tan llamativas.

Pero, también existe la variegación causada por la presencia de algún organismo patógeno en las hojas o tallos, tal es el caso de algunas infecciones por virus, de hecho, se les denomina “virus del mosaico” por los efectos en los cambios de color en la superficie de estos órganos. Los clásicos ejemplos de esta variegación es la que podemos observar en Abutilon variegata (farolito japonés) y en junípero (Juniperus chinensis). No debemos confundir la falta de clorofila (clorosis) por causa de falta de nutrientes como una forma de variegación y tampoco pensar que todos los cambios de patrones de color en flores y hojas son debido al quimerismo o la variegación, ya que hay características similares que están determinadas en el genotipo y son heredadas por reproducción sexual como los de las flores de jazmín (Brunfelsia pauciflora), de lantanas (Lantana camara), de hortensias (Hydrangea macrophylla) y de algunas rosas.

Las plantas que producen flores quiméricas o variegación en hojas o tallos, son consideradas de alto valor comercial por la atracción que ofrece a los jardineros y a los amantes de las plantas. A nivel botánico, algunas especies de este tipo de plantas son clasificadas como especies o variedades “variegata”, sobre todo en aquellas en que la variegación es muy estable. ¡Al menos una de ellas la tenemos en nuestra casa!


Fotografías: Pixabay.


Profesor e investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo biotecnólogo y cultivador de plantas, pero también…de ciencia.