En tiempos de campaña, López Obrador anunció uno de los proyectos insignia de su gobierno, crear una red ferroviaria en el sureste para propiciar su desarrollo. Investigadores que realizaron un diagnóstico a petición del Conacyt, reportan todo lo contrario en un diagnóstico sobre los eventuales efectos de una obra que no cuenta con estudios de impacto ambiental.


Raúl López Téllez

El proyecto del Tren Maya, impulsado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se mantiene como uno de los más importantes de la llamada Cuarta Transformación, empeño en el que lo mismo ha subestimado críticas por las consultas aplicadas, calificadas por la Organización de las Naciones Unidas como mal planteadas, que las conclusiones de 30 investigadores contratados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) sobre el eventual impacto de las obras que hasta este mes de junio no contaban con estudios de impacto ambiental, como lo señalan las normas al respecto.

El proyecto del Tren Maya recorrerá zonas selváticas, la orilla del Golfo de México y el Caribe en Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.

Manifestaciones en contra de la iniciativa, fueron planteadas desde que el actual Ejecutivo federal anunció su propósito de concretar el proyecto, desde las comunidades del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), hasta las recientes manifestaciones en Morelia por parte de ambientalistas durante la pasada visita de AMLO, se han mantenido vigentes.

Hace apenas una semana, el 22 de junio, un juez concedió un amparo para detener las obras en tanto dure la contingencia sanitaria por la COVID-19, mismas que inició López Obrador en su visita a estados del sureste cuando reiniciara sus giras al interior del país, el pasado 3 de junio. En el caso del amparo, fue interpuesto por una comunidad chol, y se hace efectivo para el tramo 1, que va de Palenque a Escárcega. “En el amparo se argumenta una violación sistémica en detrimento de su legítimo derecho a la salud y vida digna; así como afectaciones ambientales y a sus derechos como comunidades indígenas en México” (Infobae, 23 de junio).

Los mismos investigadores que elaboraron el estudio de impactos, advierten de ecocidio, arrase de vestigios arqueológicos y la creciente presencia del narcotráfico y de la trata de personas, un estudio que finalmente subestimó la administración federal y optó por no difundirlo públicamente, al igual que no se pronunció en lo particular sobre los planteado por el documento Territorios Mayas en el paso del tren: situación actual y riesgos previsibles.

Documento “no definitivo”, según Conacyt

De acuerdo con el Conacyt no hay ocultamiento del proyecto, ya que afirmó que se distribuyó a varias dependencias federales, a partir del 28 de febrero, según respuesta a publicaciones del diario El Universal aparecidas el 9 de marzo del 2020, respecto al ocultamiento de “informe crítico” sobre los presuntos impactos que generará.

“El Tren Maya fue concebido para apoyar a los habitantes de la Península de Yucatán, a potenciar sus capacidades, a cuidar y ordenar sus territorios, preservar la gran belleza y riqueza de esas tierras, sin destruirlas, como ha venido ocurriendo hasta ahora, con el objetivo de propiciar un desarrollo para el bienestar de la mayoría, respetuoso de su enorme riqueza biocultural y de las comunidades locales”, señaló la dependencia, la cual a finales de septiembre de 2019, “formó un equipo de 30 investigadores con el fin de estudiar las afectaciones a lo largo de los 1,500 kilómetros que comprende el proyecto: las estaciones, las ciudades y pueblos por los que pasará el tren”, señala una nota publicada en Infobae, el 10 de marzo.

De acuerdo con investigadores que declararon al rotativo bajo el anonimato, el proyecto les fue solicitado en un corto plazo, para el cual afirman que les facilitaron poca información oficial sobre el proyecto. Sin embargo, pese a que cumplieron con el mismo, señalan que el Conacyt no lo difundió ni mucho menos lo hizo oficial a partir de diciembre del 2019. “Fue elaborado por el grupo de investigadores cuyos nombres aparecen ahí. No es un documento del Conacyt, sino una colaboración solicitada en el proceso de preparaciónde este importante proyecto federal”, señaló al respecto el Consejo.

En la respuesta del Conacyt a El Universal, el 9 de marzo del 2020 y publicada en su portal institucional (“El Universal descubre el hilo negro de la 4T. El Conacyt no ha ocultado nada”), señala que el Resumen es un documento de trabajo “no definitivo”.

Sin aludir a los señalamientos de los investigadores que alertan sobre ecocidio, narcotráfico y trata de personas como riesgos que acompañarían la intervención en amplias zonas, el Conacyt señala que “El Tren Maya, importante proyecto del gobierno de la 4T, fue concebido para apoyar a los habitantes de la Península de Yucatán, a potenciar sus capacidades, a cuidar y ordenar sus territorios, preservar la gran belleza y riqueza de esas tierras, sin destruirlas, como ha venido ocurriendo hasta ahora, con el objetivo de propiciar un desarrollo para el bienestar de la mayoría, respetuoso de su enorme riqueza biocultural y de las comunidades locales”.

La respuesta alude a que “el documento mencionado, una vez que los firmantes alcanzaron el consenso, se empezó a distribuir, como un insumo más para alimentar el proceso de construcción del proyecto. Se ha repartido, a partir del 28 de febrero, a las siguientes dependencias federales: FONATUR, SEMARNAT, SEGOB, INPI, SEDATU, BIENESTAR, SADER, SECTUR, CONAGUA, SCT, INAES, PROCURADURIA AGRARIA, SEP e INAH. No se puede hablar de ´ocultamiento´”.

Alertas de los investigadores

De acuerdo con el documento Territorios Mayas en el paso del tren: situación actual y riesgos previsibles, éstas fueron las alertas principales planteadas por los investigadores:

-El proyecto del Tren Maya tendrá afectaciones en 10 Áreas Naturales Protegidas, entre ellas: Balam Kin y Balam Kú (Campeche); el Parque Nacional de Palenque (Chiapas); Yum Balam, Manglares de Nichupté y Uaymil (Quintana Roo).

-197 localidades indígenas con 143 mil personas de pueblos originarios “serán afectadas por la construcción y funcionamiento del tren”, se lee en el documento.

-Mil 288 sitios arqueológicos,estarían en riesgo, de acuerdo con el informe: “Tendrían una afectación directa que, atendiendo a los cálculos de pasajeros y carga del tren, podrían implicar ladestrucción irrecuperable de vestigios culturales, daño físico, adulteración o uso turístico excesivo”.

El proyecto plantea que pequeños propietarios aporten tierras y los inversionistas el capital para el Tren Maya, a través del esquema FIBRA ( Fideicomiso de Infraestructura y Bienes Raíces,), un fideicomiso que cotizará en la bolsa. Los investigadores aseguran que si la inversión se pierde,“la tierra no podrá ser recuperada, a menos que los propietarios tuvieran el capital suficiente para comprar la totalidad de los certificados bursátiles o los inmuebles construidos encima».

Los investigadores participantes y las instituciones, fueron: Barba Macías Everardo, El Colegio de la Frontera Sur; López Santillán Ángeles, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social; Ceceña Martorella Ana Esther, Universidad Nacional Autónoma de México; Córdova Canelas Fernando, Laboratorio Nacional de Vivienda y Comunidades Sustentables; Díaz Perera Miguel Ángel, El Colegio de la Frontera Sur; Dupuy Rada Juan Manuel, Centro de Investigación Científica de Yucatán; Espadas Manrique Celene, Centro de Investigación Científica de Yucatán; Esparza Olguín Ligia Guadalupe, El Colegio de la Frontera Sur; García Quintanilla Alejandra, Colectivo Popol Vuh; Gasparello Giovanna, Instituto Nacional de Antropología e Historia; Hernández Zepeda Cecilia, Centro de Investigación Científica de Yucatán; López Martínez Rafael, Junta Intermunicipal Biocultural del PUUC- JIBIOPUUC; López Sánchez Ana Patricia, Asamblea de Colectivos del Poniente de Bacalar; Macias Richard Carlos, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social; y Marín Guardado Gustavo, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.

Imagen: Manifestantes durante la visita de López Obrador a Morelia, el viernes 26 de junio. Fotografía de Wendy Rufino.