“Los virus con genomas de ARN mutan con mayor frecuencia ya que las enzimas que copian al virus no editan, de manera que los errores que se cometen así se quedan y heredan a la descendencia”.
Horacio Cano Camacho
No, no me refiero a que la distribución de las vacunas debería ser un acto universal y no sólo por una cuestión ética, lo que ya es bastante, sino por una causa de índole práctico, de inteligencia científica, que por lo visto está ausente de los países desarrollados y de mucha gente en el nuestro que condena la donación de vacunas a países que no las tienen. Cuando hablo de vacunas universales, me refiero a crear fórmulas que sirvan de manera más prolongada contra diversas variantes que vayan surgiendo en el tiempo.
Me explico, los virus, en realidad todos los seres vivos, mutan, es decir cambian. La diferencia es que los virus suelen hacerlo a tasas muy altas y en particular, los virus de ARN como el VIH (sida), Hanta (síndrome pulmonar), Sars-CoV2 (Covid) o influenza (A H1N1 y variantes).
Los virus de ADN como los microorganismos y el resto de los seres vivos, lo hacemos a tasas más bajas. La razón es que el ADN, al ser una molécula de doble cadena, está más protegida contra efectos ambientales que provocan alteraciones, aún así, estas se presentan de manera constante, sin embargo, existen mecanismos naturales que corrigen (editan) la mayoría de los daños y errores, manteniendo la integridad y constancia de las especies.
Los virus con genomas de ARN mutan con mayor frecuencia ya que las enzimas que copian al virus no editan, de manera que los errores que se cometen así se quedan y heredan a la descendencia.
Ya hemos explicado aquí que las mutaciones le confieren al portador características que serán probadas en la realidad. Para reconocer la célula que infectan, los virus utilizan proteínas de su superficie que se acoplan a otras proteínas de la célula, los llamados receptores, Estos receptores no están allí para “recibir” al virus, son receptores de otras cosas, parte del sistema de comunicación y regulación de las respuestas celulares al ambiente o de coordinación con otras células, y por puro azar, el virus que puede lograr cientos o miles de generaciones en un tiempo muy breve, acumula cambios que le permiten reconocer esa proteína receptora. Así “saltó” el Sars-CoV2 de murciélagos a humanos, puro azar…
Así que el candidato más obvio para producir vacunas son las proteínas de la superficie del virus que le permiten reconocer a la célula huésped. Los anticuerpos son proteínas de nuestra respuesta inmune que reconocerán características del atacante y se les pegarán a diferentes partes, conduciendo a su destrucción y evitando que reconozcan a sus blancos.
En la vacuna contra la influenza se usa la proteína HA (hemaglutinina). Esta proteína reconoce a nuestras células de tracto respiratorio por azúcares de ácido siálico permitiendo la entrada del virus. De manera que se usa la proteína HA para inducir una muy fuerte respuesta inmune. El problema es que al ser este virus de ARN, su tasa de cambio es muy alta, de manera que cualquier mutación que afecte, así sea de manera pequeña a la proteína HA del virus, puede tener dos caminos, disminuir su eficiencia para reconocer a nuestros receptores, en cuyo caso disminuirá su patogenicidad hasta desaparecer o provocar una enfermedad muy leve, o, por el contrario, aumentará su eficiencia y será más contagioso (eso lo estamos viendo en tiempo real ahora con el Covid y su variante ómicron).
El otro efecto indeseable para nosotros es que usando la vacuna, la proteína HA para inducir la producción de anticuerpos en nosotros, si el cambio fue muy fuerte, tal vez resultado de múltiples mutaciones que se fueron acumulando en cada generación, el virus ya no sea reconocido por nuestros anticuerpos o lo sea de manera ineficiente, “escapando” de alguna manera a la protección. La única solución hasta ahora es hacer una nueva vacuna contra las nuevas variantes que se van detectando y vacunar cada año a la población más vulnerable. Esto es una buena solución, sin embargo, plantea nuevos gastos para cada país en comprar vacunas, planificar nuevas campañas y convencer a la gente de que se vacune. Además, como mucha gente no entiende esto que estoy explicando, asume que las vacunas no sirven o que se enfermaron por la vacuna.
Pero los estudios científicos han continuado y ahora se ha encontrado una región en la superficie del virus de la influenza, que a diferencia de la proteína HA, prácticamente no cambia. Su identificación permitió generar anticuerpos neutralizantes (que destruyen al virus) que pueden combatir prácticamente todas las variantes anuales del bicho, abriendo camino a la producción de una “vacuna universal” que solamente requiera aplicarse una vez.
Y esto tienen efectos muy positivos para todo el mundo, pero además abre el camino para usar el mismo enfoque contra otros virus de ARN, como el tristemente celebre SARS-CoV2 que permitirá lograr vacunas que sean efectivas contra cualquier variante.
La ciencia no duerme ni se queda de brazos cruzados ante el surgimiento de una vacuna, busca otras más efectivas y duraderas y que respondan de manera más efectiva a la alta tasa de mutaciones de estos virus, sin embargo, necesita tiempo y la única manera de dar ese recurso es vacunar con lo que tenemos a la mayoría de la población. Los virólogos, epidemiólogos y otros especialistas lo han repetido hasta el cansancio, la única manera de salir de la pandemia es vacunar a todos… pero la política ha “vencido” acaparando vacunas, poniendo hasta tres dosis, vacunando a niños (que realmente son menos vulnerables), guardando vacunas, aunque caduquen, en lugar de repartirlas a otros para frenar las mutaciones del virus.
Eventualmente el enfoque descubierto para la influenza se trasladará al Covid, pero si el virus sigue dispersándose aceleradamente ni los países ricos se salvarán, eso lo estamos viendo con ómicron y nos confirma la estupidez humana y el egoísmo, que son otra gran pandemia. Así que a vacunarse con lo que hay, incluyendo la vacuna de la influenza, una es mejor que ninguna, no lo olvide y tampoco olvide que ómicron se está dispersando rápidamente por los no vacunados, o porque no tienen vacunas (los países más pobres) o milagro de la estupidez, porque teniéndolas no se las quieren aplicar…
Fotografía: Patrick Assale | Unsplash
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