“El Tianguis de la Ciencia tiene un vínculo muy sólido con la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, desde hace 34 años en que se organizó por vez primera. Tres años después de su primera edición, se adoptó al completo por la Universidad y se trasladó a los espacios de Ciudad Universitaria en dónde estamos por realizar la edición número 30”.

 

Horacio Cano Camacho

Un grupo de niños paseaba por los jardines centrales de Ciudad Universitaria y lo hacía con alegría evidente. Algunos llevaban una maceta con una pequeña planta carnívora, otros portaban figuras de papel o globos que les habían regalado en uno de los innumerables “puestos” de los pasillos. Entonces sonó la voz de uno de ellos, quien gritó: ¡ya somos universitarios!, seguido del estruendoso festejo de los demás y quienes así mostraban su acuerdo por tamaña afirmación.

Esto ocurrió hace más de veinte años y fue en un Tianguis de la Ciencia. Tenía poco de haberme incorporado como investigador en la Universidad Michoacana y presentamos con mi laboratorio un taller, creo que se llamó “los transgénicos no son los monstruos que te pintan…” o algo parecido. Nuestra idea era provocar en los asistentes una reflexión en torno a la biotecnología como una herramienta, que, dependiendo de su uso, podría ser un elemento muy valioso en varias áreas del quehacer humano.

En algún momento, me tomé una pausa de la actividad tan intensa y me puse a recorrer el Tianguis. Por los pasillos transitaban estómagos, pulmones y corazones invitando a la gente a pasar a sus talleres. Unos hombres rana -a pesar del calor- hacían lo propio para atraer “clientes”.

En otro lado, unas enfermeras montaban una coreografía que hacía moverse a todos, niños, jóvenes y adultos por igual y frente a ellas, un grupo de jóvenes demostraba el funcionamiento de un reloj solar. En el edificio de Biología, debajo de un cartel con una imagen de Darwin y las tortugas de las Galápagos, un grupo de monjas comían tranquilamente unas tortas y reían, para nada incómodas del cuadro tan curioso que formaban.

Pero esa frase se me quedó grabada y ahora, muchos años después, ya como organizador de esta feria, la tengo muy presente. Sintetiza muy bien parte del objetivo de la Universidad: abrirse a la sociedad y que este día, todos entiendan que la institución es suya, que son parte de nuestra identidad. Pero el Tianguis es más que un día abierto…

El Tianguis de la Ciencia tiene un vínculo muy sólido con la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, desde hace 34 años en que se organizó por vez primera. Tres años después de su primera edición, se adoptó al completo por la Universidad y se trasladó a los espacios de Ciudad Universitaria en dónde estamos por realizar la edición número 30. Debemos decir que esta debería ser la edición número 32, pero la pandemia nos interrumpió la continuidad, por lo que este año estamos retomando las actividades.

A decir del doctor Ruy Pérez Tamayo, el Tianguis de la Ciencia es un episodio académico único en el país. Se trata de una de las ferias del conocimiento más antiguas y grandes -vigentes- de México, realizada enteramente por académicos, estudiantes y personal auxiliar de la Universidad con el propósito de realizar divulgación de la ciencia, fundamentalmente divulgar el “espíritu de la ciencia” que consiste en hacer preguntas sobre la naturaleza y poner las respuestas a prueba.

Si abrir la Universidad a la sociedad es ya un excelente motivo del Tianguis, el segundo gran objetivo de esta feria es contribuir a la formación de una cultura científica en la sociedad, lograr un espacio de comunicación directa entre los generadores del conocimiento y los usuarios potenciales de este, incentivando la reflexión, la duda creativa y el interés en la cultura, enfatizando que la ciencia y la tecnología son un componente esencial de esta.

En las dos ocasiones en que nuestro Tianguis ha debido ser suspendido, la causa ha sido la misma: una pandemia. En el 2009 con la pandemia de influenza y en el 2020-2021, por el Covid-19. Y este no es un detalle menor. Estos dos sucesos enfatizan y evidencian de forma muy contundente el papel de la ciencia en el desarrollo y progreso humano. A pesar de la dureza de la emergencia sanitaria, es evidente que saldremos adelante y gran parte de este logro será del conocimiento científico y sus aplicaciones.

Este hecho ha modificado fuertemente la percepción pública de la ciencia: diversas comunidades miran esperanzadas esta actividad en la búsqueda de soluciones y este efecto se ha dirigido a otras áreas del quehacer humano, mostrando nuestra dependencia de la actividad científica y tecnológica.

Luis Estrada, divulgador y maestro de divulgadores, solía decir que, “… la divulgación es de una mayor urgencia, especialmente en los países como el nuestro. Con la divulgación de la ciencia podemos distribuir una riqueza cultural que, además de hacer justicia, llena una necesidad en nuestros tiempos. No seremos libres ni capaces de lograr una buena calidad de vida mientras permanezcamos al margen del conocimiento científico”. El Tianguis de la Ciencia ha logrado que se reconozca a la divulgación y la comunicación pública de la ciencia como una actividad sustantiva de la Universidad Michoacana.

Ese es el verdadero espiritu del Tianguis de la Ciencia que retoma sus actividades este 14 de mayo, de 11:00 AM a 6:00 PM en los pasillos de Ciudad Universitaria. Con él, seguimos buscando formas para que todos seamos universitarios…


Originario de un pueblo del Bajío michoacano, toda mi formación profesional, desde la primaria hasta el doctorado la he realizado gracias a la educación pública. No hice kínder, por que en mi pueblo no existía. Ahora soy Profesor-Investigador de la Universidad Michoacana desde hace mucho, en el área de biotecnología y biología molecular… Además de esa labor, por la que me pagan, me interesa mucho la divulgación de la ciencia o como algunos le dicen, la comunicación pública de la ciencia. Soy el jefe del Departamento de Comunicación de la Ciencia en la misma universidad y editor de la revista Saber Más y dedico buena parte de mi tiempo a ese esfuerzo.